«Cuando crees, te niegas a ceder». La frase de Anindita Majumdar resume su lucha incansable por el empoderamiento femenino en la política. Transformar el patrón de liderazgo democrático en Panchayat, sistema que, desde la independencia de la India, sirvió como elemento clave de gobernabilidad local en los pueblos – parecía imposible. Pero Anindita creyó.

«Activistas bien conocidos me desalentaron y dijeron que sería imposible trabajar directamente sobre este tema. Eso fue hace unos cuatro años. Desde entonces, me uní a dos organizaciones con base rural Loka Kalyan Parishad y Joygopalpur Gram Vikas Kendra– para implementar un proyecto de asociación que se llamó ‘Capacitación y Abogacía para una autogobernabilidad participativa local, para la reducción de la pobreza a través de la Información, Educación y Comunicación’. La experiencia ha demostrado que es posible involucrar a las mujeres en el gobierno», afirma Anindita.

La Constitución de la India reserva actualmente hasta el 50% de sus asientos a las mujeres en distintos niveles de la Oficina Electoral. Pero, aunque la agenda de empoderamiento femenino a través de la inclusión en la política ha sido fundamental, en el momento en que este mandato se traslada a instituciones de base como Panchayat, las mujeres representantes a menudo son reducidas a intermediarios de sus homólogos masculinos o son totalmente ineficaces, porque no saben sobre su propias capacidades u oportunidades para realizar cambios. Y ahí es donde entra el trabajo de Anindita.

«Incluso después de 23 años de cuota de género en la práctica, las mujeres en política son aún marginadas, ya que los hombres dominan y monopolizan las instituciones y los procesos de toma de decisiones. En uno de los talleres, un importante líder masculino, cuya esposa era representante en un lugar reservado, dijo: ‘elegimos deliberadamente a las mujeres que sabemos que no tendrán confianza y son condescendientes’. Por eso, sentí que este entorno proporcionaba un enorme alcance para probar y ver hacia dónde nos llevarían las intervenciones», recuerda.

La foto muestra, en plano abierto, cientos de mujeres indias, de tez parda, vistiendo vestidos largos y coloridos (típicos de la cultura), con cabello castaño oscuro o negro, sentadas y, en el fondo, otras mujeres de pie. Parece que están participando de una presentación o reunión.

Campaña contra bebidas alcohólicas ilegales, realizada por el Comité Nari Jagaran (Reproducción/Archivo Personal)

Como en muchos otros lugares del mundo, las mujeres indígenas enfrentan barreras sociales que impiden su participación efectiva en la política. Trabajo de doble turno y la falta de apoyo en la crianza de los niños; falta de educación formal; prevalencia de violencia doméstica y violencia sexual dentro de la familia (y fuera) son algunas de las cuestiones importantes. El trabajo realizado por Anindita tiene como objetivo transformar este escenario. «La idea es cambiar el patrón de liderazgo democrático, desarrollar el potencial de las Mujeres Representantes Electas en el vasto sistema Panchayat de la India, alentando a los hombres a revisar la noción de compartir el poder y ‘apoyar’ a las mujeres,  además de capacitar a las mujeres votantes para que se involucren en los procesos políticos», explica.

El trabajo para convertir a la igualdad de género en un aspecto innato de la democracia local se basa, principalmente, en cuatro pilares: autocapacitación, creación de ambientes empáticos, redes de apoyo y estructuras constitutivas. «A través de programas de abogacía y mentoría, este trabajo no sólo desarrolla la capacidad de las mujeres para liderar, sino que también crea una amplia base de apoyo para ellas a través de SHGs, Grupos de Mujeres Movilizadas. Estas mujeres se convierten en votantes informadas y tienen conciencia de sus derechos junto al órgano de gobierno local», cuenta Anindita.

En una tribuna improvisada de madera y cubierta de lona, hay siete mujeres indias, usando vestidos largos y coloridos (típico de la cultura). Adelante, aparecen mujeres y niños de espaldas a la imagen, frente a la tribuna, sentados y mirando. En el fondo, varias casas de barro y techo de sapé (especie de paja); el piso es de tierra colorada.

El Comité Nari Jagaran organiza y conduce un programa de concientización de los derecho de las mujeres (Reproducción/Archivo Personal)

Según ella, ejercer la profesión de abogado con los miembros masculinos del Consejo de la Aldea, la comunidad y los partidos políticos en general es fundamental para ganar apoyo en la búsqueda de liderazgo y representación de las mujeres, creando así un ecosistema cultural y político que no sólo apoya, sino que crea nuevas mujeres líderes. Y la participación de ellas en la gobernabilidad ayudó a traer los temas que las preocupan, tales como la necesidad de guardería infantil, comités contra la violencia de género, apoyo a niños y niñas desnutridos, programas de concientización de salud y género, entre otros temas relevantes.

Una estrategia importante en la formación de estas líderes es desarrollar la capacidad de las mujeres para liderar, pero también crearles una amplia base de apoyo a través de grupos de autoayuda, por  miembros masculinos del Panchayat que colaboren con el empoderamiento del liderazgo femenino y la comunidad en general. Sólo entonces, según Anindita, surgirá un ecosistema cultural y político que no sólo apoya, sino que crea nuevas mujeres líderes.

«Las mujeres tienen gran potencial para liderar de forma diferente y eficaz, pero estos potenciales no se realizan sin desafiar al patriarcado inherente al sistema de gobierno», afirma.

Un camino largo, árduo, pero posible para aquellos que creen.

Anindita Majumdar es emprendedora social Ashoka. Ashoka es una organización global presente en 84 países que lidera un movimiento en el cual todos pueden ser agentes de transformación social positiva.