Esta es una historia sobre el caos. Acerca de una ciudad cuyo cielo azul con frecuencia se oculta detrás de las grandes capas grises de los contaminantes atmosféricos. Es sobre un artista que se atreve a hacer algo al respecto. Aproximadamente hace cuatro años, el diseñador social y activista ambiental holandés Daan Roosegaarde, 38 años, hizo una corta visita a Pekín, la capital contaminada de China.

Desde lo alto de un rascacielos en un día de aire especialmente turbio, Daan no lograba ver la ciudad a través de la ventana. «Sentí como si Pekín estuviese tratando de matarme», dice el artista, fundador de Estudio Roosegaarde, un laboratorio de investigación en las áreas de urbanismo y medio ambiente situado en Holanda. «Eso me inspiró a crear un proyecto para luchar contra la contaminación atmosférica», recuerda, mientras toma otro sorbo de un batido de frambuesa sentado en su mesa favorita en el centro de la ciudad china.

La voluntad de Daan de abogar por la causa, resultó en Smog Free Project, iniciativa que reúne a un equipo de científicos y diseñadores comprometidos en el desarrollo de tecnologías para la eliminación de aire contaminantes. Smog es el término utilizado para caracterizar una niebla de humo.

El proyecto más famoso es Smog Free Tower, un filtro de aire con siete metros de altura instalado en espacios abiertos. La primera torre se montó en el año 2016, en Pekín y ahora el estudio negocia ampliar el modelo a otras ciudades contaminadas del mundo, como Nueva Delhi, en India; Medellín, Colombia; y la Ciudad de México. Las minúsculas partículas de contaminación recolectadas durante este proceso son comprimidas y transformadas en una piedra que se convierte en un accesorio para un anillo, vendida en 250 euros.

Un anillo de metal con una “piedra” en formato cuadrado (parece un acrílico o vidrio transparente, donde en el interior hay otro pequeño cuadrado, negro, que sería el "polvo de la contaminación"), está colocada en el centro de la imagen. Al lado, otras dos piedras idénticas están expuestas.

Anillo hecho con partículas de contaminación tomadas del aire por la torre diseñada por el estudio holandés (Difusión/ Roosegaarde Studio)

Un estudio realizado por la Universidad de Tecnología de Eindhoven, en Holanda, indica que Smog Free Tower puede reducir en más de 45% los materiales particulados del aire (PMs, por sus siglas en inglés) en un diámetro de 20 metros alrededor de la torre. Los PMs son piezas muy finas de polución capaces de penetrar en los pulmones y causar enfermedades.

Pero una prueba llevada a cabo por el equipo de Chinese Forum of Environmental Journalists (Foro chino de periodistas ambientales) sugiere que los resultados pueden ser menores. «Estamos en desacuerdo con los resultados de esta investigación porque no fue un trabajo científico. Además, no puedo prohibir la contaminación, ni cambiar el modelo económico actual», dice. «Pero puedo diseñar proyectos públicos que movilicen a la comunidad y animen a los gobernantes a poner nuevamente la sostenibilidad en la agenda. Mi papel es mostrar que es posible crear soluciones innovadoras de gran impacto».

MUNDO PRIVADO
El holandés que parece vivir en un planeta propio nunca insistió en adaptarse a las normas. Cuando estaba en la escuela secundaria, consiguió un empleo en una librería porque quería tener libre acceso a los escritores clásicos de la literatura rusa. Distraído en medio de las lecturas, a veces perdía el último tren a casa y dormía entre las estanterías de libros, en compañía de Pushkin, Chéjov y Nabokov. «La escuela era muy aburrida y este fue el medio que encontré para educarme», dice sonriendo.

A los 16, tuvo que elegir una profesión para seguir y se dio cuenta que quería un modelo de trabajo que no existía. «Quería ser un artista, científico y empresario al mismo tiempo, sin renunciar a ninguna de las tres opciones», cuenta. «Para seguir mi elección, tuve que crear mi propio mundo».

Antes de incorporarse a la Academia de Bellas Artes (AKI) en Enschede, Holanda, Daan dejó dos facultades de arte porque los horarios de las instituciones, tradicionales, hacían imposible trabajar durante la madrugada. AKI estaba abierta 24 horas al día, fue allí que conoció a científicos e ingenieros que lo llevaron a consolidar una de sus certezas: «No hay falta de dinero y tecnología para revertir la degradación ambiental, pero hay mucha falta de imaginación», afirma.

Cambiar el actual modelo de consumo en el mundo es la bandera principal planteada por el holandés. “Cuando el sistema permite la libre contaminación, quien paga el precio son las personas que claman por aire puro”, afirma. El artista cree que los cambios ocurrirán primero en China, porque el carácter emergente del país causa que la ruptura de paradigma pueda surgir con mayor sentido de urgencia. «China es el futuro, es innovadora y conducirá las políticas globales para un desarrollo sostenible», dice.

Un bloque alto, en forma hexagonal y dividido con una especie de "hojas de acero", desde el suelo hasta la parte superior, está situado en un jardín frente a lo que parece ser un gimnasio grande, de arquitectura moderna oval. Atrás, varios rascacielos; en el frente, un grupo de tres personas está cerca y mirando este "bloque"- que es smog free tower.

Smog Free Tower es una torre de siete metros de altura instalada en Pekín que filtra parte de la contaminación del aire (Difusión/ Roosegaarde Studio)

NUEVOS AIRES
Cambios en el estilo de vida son realmente necesarios. Es difícil respirar en Pekín. China se destaca como el mayor emisor de partículas de carbón del mundo desde 2007, cuando dejó a los Estados Unidos atrás en este ranking, y hay un fuerte clamor popular por mejores condiciones del aire. La quema de carbón suministra más del 80% de la demanda del país para la generación de energía.

Una serie de enfermedades como el cáncer de pulmón, están asociadas a la inhalación de contaminantes. Sólo en 2011, cuando la contaminación alcanzó niveles altos, las emisiones de partículas por quema de carbón contribuyeron con un cuarto de millón de muertes prematuras, según Greenpeace. «Para que la concentración de partículas en el aire alcance un nivel saludable en China, hace falta más que mejorar la eficacia de los filtros de aire en los espacios públicos», dice Lauri Myllyvirta, analista de energía de Greenpeace para Asia oriental. «Es necesario cambiar el modelo económico a favor de la sostenibilidad».

La alta peligrosidad de la contaminación atmosférica ha influenciado las políticas del gobierno chino. En el discurso oficial en el 19o Congreso del Partido Comunista, celebrado en octubre, el Presidente Xi Jinping dijo la expresión «medio ambiente» 89 veces – la palabra “economía” tuvo 70 menciones, señalando simpatía con proyectos que aporten soluciones sostenibles. El Ministerio de Protección Ambiental apoya las iniciativas de Daan en el país.

ARTE ACTIVO
El prototipo más nuevo creado por el estudio Roosegaarde es un purificador móvil que puede agregarse a millones de bicicletas compartidas en Pekín a partir de 2018. El funcionamiento del dispositivo está todavía en desarrollo, pero la idea es que al pasar por el sistema, las partículas de contaminación permanezcan retenidas y el aire puro se devuelva a la atmósfera. Indirectamente, la acción anima a la gente a utilizar menos el coche, lo que ayuda al desembotellamiento del tráfico y a la reducción de las emisiones de gases del efecto invernadero. Para los ciclistas, además tienen el beneficio de apreciar un aire más limpio durante el ejercicio.

Una pista de baile rectangular está formada por diversos cuadrados coloridos, que brillan con colores rojo/verde/rosado. Además, aparecen personas fuera de foco bailando.

La pista de baile sostenible creada por Daan Roosegaarde aprovecha los pasos de los que bailotean para producir energía que enciende las luces (Difusión/ Roosegaarde Studio)

Gobiernos, empresas interesadas en invertir en el área de responsabilidad social, donantes alineados a causas tecnológicas y ambientales son los principales financiadores de Daan. Y no son pocos: a lo largo de su carrera, el artista ya ha firmado más de 20, incluyendo una pista de baile que genera energía. Al principio, las obras tenían un sesgo tecnológico y sensorial. Con el tiempo, el trabajo se ha convertido más en social. «Si antes exponía mi trabajo en galerías de arte, hoy me involucro con urbanistas y ocupo espacios públicos», afirma.

Integrarse a la causa ambiental requiere esfuerzo. Y Daan Roosegaarde es un dedicado activista. Por pasar demasiado tiempo trabajando fuera de la ciudad donde vive, Rotterdam, decidió vender la casa y el coche. «Me siento más libre así», dice. El trabajo lo lleva a viajar a Shanghai, Pekín, Tianjin, Toronto, Singapur, Dubai, Londres. «Comienzo mi día con sueños y termino con la presión de no poder hacerme cargo de todo», cuenta. «¿Pero qué sucede cuando pones contaminación bajo presión? Se convierte en diamante», compara, aludiendo a la formación de la piedra preciosa a partir del carbón- y viendo las formas de educación ambiental y arte en un tema que muchos consideran sólo un problema.