La trayectoria personal de Gonzalo Muñoz fue determinante en su compromiso de transformar la realidad de la gestión de residuos sólidos en Chile y, ahora, en Brasil. Su madre fue la primera socia de Ashoka* en Chile, una inspiración para que Muñoz también buscara hacer del mundo un lugar mejor. “Mis padres y muchos familiares me inspiraron para que fuera consciente de mis capacidades, privilegios y potencial de hacer cosas buenas, no sólo para mí mismo. Cada acción altruista, cada voluntariado, cada gesto noble era celebrado. Y me mostraron diversas realidades, para que pudiera moverme con facilidad independientemente de con quien estuviera”, afirma Muñoz.

Y con esta naturalidad se mueve entre gobierno, instituciones educativas y de negocios, creando incentivos y estrategias adaptadas a cada caso, convirtiéndoles en agentes de cambio a través de TriCiclos, una empresa social centrada en la transformación de las prácticas relacionadas con el consumo y la gestión de los residuos, con el objetivo de trabajar equilibrando tres ciclos: el social, el ambiental y el financiero.

Con TriCiclos, Muñoz diseñó estaciones de reciclaje y recuperación llamadas Puntos Limpios, que son plantas modulares capaces de reciclar el 90% de los residuos domésticos sólidos. Los Puntos Limpios son estaciones creadas a partir de contenedores de transporte reciclados, especialmente adaptados y desarrollados con un diseño atractivo. Las estructuras físicas se venden a centros comerciales, universidades y otro tipo de instituciones con un tránsito elevado de personas y en áreas bien visibles, para llamar la atención del público.

La fotografía muestra un Punto Limpio, con varias separaciones de distintos colores destinadas a albergar distintos tipos de residuos.

Uno de los Puntos Limpios (Gonzalo Muñoz/Archivo Personal)

Aunque la empresa fue fundada en Chile en 2009, en la actualidad la matriz de TriCiclos está en Brasil y existen cerca de 200 Puntos Limpios en varios países, en los que TriCiclos firma un contrato por el que ofrece sus servicios de gestión, a través de la recogida, el procesamiento y la transformación de los residuos, y su posterior reintroducción en la cadena de producción. “Nuestro modelo acerca la infraestructura de reciclaje a cientos de miles de personas. Da oportunidades de prestación de servicio a los recicladores de base. Permite que los ciudadanos entiendan su responsabilidad cuando compran. Entrega información fidedigna y trazable para que las empresas diseñen mejores productos y los gobiernos diseñen mejores políticas públicas”, celebra Muñoz.

Con el fin de atraer empresas e instituciones para que abracen la tarea de co-diseñadores de una cultura de sostenibilidad, TriCiclos comparte con ellos un determinado porcentaje de los beneficios de la venta de materiales reciclados, como si fuera un crédito para el coste inicial de compra y mantenimiento. El resultado es que, cuanto más reciclan estas instituciones, más ganan. Además, en la medida en que logran que el público también use esas instalaciones, a través de campañas de concientización, por ejemplo, el lucro es mayor. Y, aparte de la recompensa financiera inmediata, las instituciones adquieren una reputación ecológica adecuada, lo cual agrega valor a sus productos.

La fotografía muestra un Punto Limpio Móvil, que es un autobús cuyas ventanas son los puntos en los que se depositan los residuos. Cada ventana está dentro de un espacio pintado de acuerdo con los colores que representan los residuos que deben ser descartados ahí. Un niño de unos 10 años, con vaqueros, gorra hacia atrás, una bandera de Chile en una de sus manos, se dispone a depositar una botella de plástico que tiene en la otra mano en la sección correspondiente del autobús.

Los Puntos Limpios móviles realizan intervenciones en centros educativos y en espacios públicos para promover el reciclaje (Gonzalo Muñoz/Archivo Personal)

No es de extrañar que el primer Punto Limpio se instalara en una tienda de Sodimac, en Chile. Muñoz entiende el poder de la popularidad de grandes marcas y apuesta por estas alianzas para promover la sostenibilidad. Para posibilitar el reciclaje de una mayor cantidad de materiales y ayudar a generar una mentalidad de “desperdicio cero”, se centra en gigantes como Coca Cola y Nestlé. Al mostrar los esfuerzos de estas marcas más conocidas, TriCiclos espera inspirar cambios similares en otras empresas de la industria alimenticia. “Desde el primer día, le damos mucha importancia a la transparencia, y también trabajamos por causas más alejadas de nuestros objetivos concretos. De esta manera, ayudamos a fortalecer las redes, aprendemos de otros y reforzamos nuestro compromiso con el bien común”, dice Muñoz.

Cree que TriCiclos contribuye a la evolución del sistema de reciclaje en los países en los que está presente y que ayudó a redefinir lo que significa tener éxito en los negocios. “Para nosotros, cada reciclador de base que ve mejorada su calidad de vida, es una gran conquista, así como cuando una marca decide mejorar el diseño de un envase gracias a nuestra inteligencia de residuos”.

Los recicladores son, en su mayoría, antiguos recolectores de materiales reciclables, cuyo amplio conocimiento y experiencia en reciclaje constituyen excelentes herramientas para educar al público; en charlas con los usuarios de los Puntos Limpios,  muestran cómo separar los residuos, y los invitan a reflexionar sobre sus elecciones de consumo y compras de una forma más amplia, con una mayor comprensión de qué materiales son reciclables para que así puedan optar por marcas y productos que realicen prácticas sostenibles.

“Lo primero a considerar es de dónde viene la basura. Entonces entenderemos que, en una sociedad sostenible, tenemos que dejar de utilizar varios materiales y productos que ahora vemos normales y aceptables. Para que esto suceda, hay que cambiar la mentalidad de la gente, reformular incentivos, combatir el descarte y la obsolescencia programada. Hay que dejar la mentalidad de que nada importa y dar paso a la de todo importa”, sostiene Muñoz, en una reflexión que es válida para todos, desde el gran empresario, pasando por los recicladores, hasta los ciudadanos. Todos podemos ser agentes transformadores de esta realidad. Sólo hay que cambiar de actitud y empezar.

*Gonzalo Muñoz es emprendedor social Ashoka. Ashoka es una organización global presente en 84 países que lidera un movimiento en el cual todos pueden ser agentes de transformación social positiva.