La casona antigua, con aspecto y olor a la casa de la abuela, en una tranquila calle de Vila Madalena, en São Paulo, ocultan un pequeño azulejo con el logo “Virada Sustentável”. Allí, en un espacio sencillo que no se parece en nada a una agencia de publicidad y mucho menos a una empresa de eventos, funciona el “cuartel general” de una iniciativa que moviliza 9 ciudades y unos 4 millones de personas. Sostenibilidad, después de todo, combina con simplicidad. Al frente de esta Virada, André Palhano, un experiodista financiero que se enamoró de la sostenibilidad.

Piracicabano, periodista de formación y emprendedor por vocación, Palhano pasó por varios medios como Agência Estado, Veja y Folha de S. Paulo, siempre en el área de economía y finanzas. En Folha de S. Paulo, le pidieron que escribiera una columna acerca de la sostenibilidad.  «No entendía nada del tema, apenas sabía por dónde empezar,» confiesa. Una vez aceptado el reto, se dio cuenta de que la forma en que el asunto era manejado en la prensa estaba apartaba más de lo que atraía al ciudadano promedio. «Era necesario mejorar la narrativa», dice. Comunicar, en este caso, significaba ir más allá de los periódicos. Así, junto con su esposa, la publicista Mariana Amaral, decidieron crear un festival usando los modelos de la ya existente Virada Cultural – un evento que sucede durante 24 horas, con varias atracciones diseminadas por la ciudad que ocurren al mismo tiempo.

En la primera Virada Sustentável, realizada en 2011 en São Paulo, incluso con un presupuesto ajustado, lograron una audiencia de aproximadamente 300.000 personas con 482 atracciones en 78 lugares. Después de seis años, además de la capital paulista, en el año 2017 el evento se lleva a cabo en Río de Janeiro, Manaos, Salvador, Porto Alegre, Campinas, Valinhos (interior de São Paulo), Ilhabela (costa Paulista) y Sinop – uno de los principales polos de producción de soja del país, en Mato Grosso.  Todo controlado desde la antigua casona con aspecto de casa de abuela en Vila Madalena.

Entre las llamadas de última hora con oradores de la Virada Sustentável que sucedería dentro de una semana, Palhano recibió a Believe.Earth para conversar.

Believe.Earth (BE) – ¿Cómo es organizar un evento del tamaño del Movimiento Sustentable a partir de una estructura relativamente sencilla?
André Palhano (AP) – La Virada Sustentável es inspirada en la Virada Cultural e Esportiva, solamente en lo que se refiere a la realización de varios eventos en varios lugares al mismo tiempo. Aparte de eso, son modelos diferentes. Es un festival esencialmente colaborativo: hoy en día, los valores que recaudamos con apoyo y patrocinio cubren del 30% al 40% de los costos [en los otros movimientos, el evento es cubierto100% por los municipios y gobiernos de los estados]. Y es esa la belleza del evento. Actuamos como inductores y coordinadores para que la propia ciudad se movilice, se involucre, a través de sus diferentes actores. Es como una fiesta en casa: organizas, compras comida y bebida, pero pides a cada invitado que ayude trayendo comida y bebida.

BE – ¿Cómo tu experiencia como periodista de finanzas contribuyó para actuar como emprendedor sustentable?
AP – La lógica de la sostenibilidad también es económica. Usando una expresión de los economistas, es necesario mostrar que las externalidades sociales y ambientales de la manera en que las elegimos para vivir, deben ser ajustadas, equilibradas con el aspecto económico. La experiencia como columnista de sostenibilidad en Folha de S. Paulo, sirvió para mostrar que la cobertura periodística del tema apartaba más de lo que atraía al ciudadano promedio y que, por lo tanto, era necesario trabajar la comunicación para que el tema no fuese visto como algo lejano.

BE  – ¿Y ese distanciamiento ha cambiado desde que empezaste a trabajar en el área?
AP –
El proceso de cambio requiere tiempo y Brasil todavía está gateando cuando se trata de la adopción de acciones sostenibles. En Inglaterra, por ejemplo, un ciudadano promedio de bajos ingresos ya adopta una postura de comprar frutas de estación porque es consciente de que alguna fruta fuera de temporada tendrá un costo ambiental para ser producida y transportada. Pero hay algo que me emociona mucho: las nuevas generaciones tienen otro tipo de conciencia. Jóvenes en la franja de 18 – 20 años, incluso aquí en Brasil, ya no perciben la sostenibilidad como un discurso hippie o restringido al universo ambientalista. Mira el caso de la economía colaborativa. Este grupo entiende que, por ejemplo, en lugar de que un edificio tenga un taladro por apartamento – que, en su mayor parte va a estar inactivo, es más ventajoso y barato tener uno solo o dos taladros de última tecnología para todo el edificio. Eso se aplica para los coches y otros bienes de consumo.

BE – ¿Hasta qué punto las acciones de la sociedad civil como Virada Sustentável – que no tienen el poder regulador ni los recursos del Estado – pueden provocar cambios ambientales? ¿Todavía dependemos mucho del Estado?
AP – La sociedad civil ya entendió que tiene el poder de mostrar sus elecciones al poder público. Por ejemplo, en São Paulo, los movimientos del activismo ciclista y peatonismo han ejercido este papel llevando sus demandas al gobierno. Es una tendencia mundial. Pero es interesante notar que, más allá de este aspecto del activismo, estos mismos grupos tienen clara la importancia de una implicación práctica en el día a día con sus causas. Un buen ejemplo es Bike Anjo, que desarrolla una labor de enseñar a la gente a pedalear gratuitamente. Otro caso es el taller práctico, Mão na Roda, que ofrece servicios de mecánica gratuitos (al estilo ‘hágalo usted mismo’) para quien tiene bicicleta.

BE – Se discute mucho el futuro de los automóviles en el contexto de la movilidad urbana. Y algunos fabricantes de automóviles ya hablan abiertamente de soluciones como el carsharing (compartir). Lo que vemos, sin embargo, es una resistencia del ciudadano medio a abandonar el uso del vehículo propio en el día a día, aunque encuestas de movilidad señalen un mayor interés por el transporte el público y medios como bicicleta. ¿Hay una cuestión cultural en esta resistencia a cambiar los parámetros de uso del auto?
AP – Ese también es un proceso que lleva tiempo. Las personas se están dando cuenta de que no existe la opción de transporte más sostenible, y sí, la mejor decisión de transporte. Y puede ser bici, transporte público, taxi, Uber, a pie, dependiendo de la situación. Cuando uno decide ir en bicicleta a trabajar, tal vez está motivado, en primer lugar, por el hecho de ser un medio de transporte ambientalmente correcto.

«Pero, si después se da cuenta de la mejora de la salud, el menor gasto y todavía poder llegar a destino más rápido que en coche, estas cuestiones pesarán más que la sostenibilidad».

El mismo hombre de la foto de portada, de piel blanca, pelo corto castaño oscuro y barba corta, mira a la cámara con una ligera sonrisa con la boca cerrada. Lleva una camiseta gris por debajo de una chaqueta, también gris, cerrada con cremallera hasta la altura del pecho. La chaqueta tiene capucha. Detrás de él, y al lado derecho de una puerta, hay un cuadro grande de fondo blanco en el que está escrito: “El número de bicicletas en São Paulo ha superado al de coches”, en verde agua. Debajo de ese escrito está la imagen de una antena parabólica gris desenfocada. A la misma altura de esta imagen, delante del cuadro, a la derecha, hay un cartel azul celeste con texto ilegible (desenfocado) con letras blancas y amarillas.

“Los jóvenes en la franja de los 20 años no ven la sostenibilidad como un discurso hippie. Están ya en la era de compartir” (Rodrigo Elizeu / Believe.Earth)

BE – ¿Cómo llevar a las empresas a la Virada?
AP – El sector privado, por pura necesidad, dejó de ver el tema como algo etéreo y pasó a tratarlo como un tema central en sus decisiones empresariales. Las empresas siempre han sido muy buenas planificando. Cuando entendieron que tratar la sostenibilidad significa, en última instancia, garantizar la existencia de su propio negocio a largo plazo, comenzaron a tomar en serio el tema y a presionar a los gobiernos en este sentido. No porque sean “buenitas” o estén preocupadas por el medio ambiente, sino porque necesitan entender las reglas del juego.

BE – ¿Las empresas están, de hecho, preocupadas por el asunto? ¿O tratan de entregar informes de sostenibilidad y realizar acciones de marketing como una forma de trabajar su propia reputación?
AP –
Hay varias realidades, dependiendo del sector y de la empresa. Algunas ya han entendido que, si no se mantienen atentas al tema y empiezan a actuar, corren el riesgo de desaparecer – especialmente aquellas que dependen directamente de determinados recursos naturales. Así que algunas empresas enfrentan el tema no sólo como un asunto de construcción de marca. Tenemos varios ejemplos muy interesantes en este sentido. En los Estados Unidos, por ejemplo, cuando el presidente Trump anunció la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París [para la reducción de emisiones de CO2] muchas empresas, incluyendo empresas petroleras, anunciaron el mismo día que continuarían siguiendo las normas establecidas en el acuerdo. En Brasil y en el mundo, los bancos vienen considerando riesgos ambientales en el momento de conceder un crédito, incluso en situaciones que no caen en los llamados Principios de Ecuador [relacionados con la adopción de criterios de sostenibilidad en las operaciones de financiación], porque saben que el daño en esa zona podría generar multas y acciones en la Justicia que inviabilizarían el proprio negocio del tomador del crédito.

BE – La Virada cuenta con un manual de buenas prácticas que establece desde los parámetros para la compra de materiales para los eventos hasta el destino de la basura generada. ¿Cómo funciona eso?
AP –
El manual indica la dirección y establece los parámetros para todo el evento, incluidos los criterios para no aceptar proyectos que no encajan en el modelo de la Virada. Tenemos, por ejemplo, como principio, no asociar el evento a proyectos partidarios o religiosos. Y es común recibir propuestas vinculadas a políticos, que son siempre rechazadas. Mira, no es la negación de la importancia de la política institucional, sino un cuidado con los contenidos mostrados. Del mismo modo, no aceptamos proyectos que parecen relevantes pero en verdad son intentos greenwashing [intento de enmascarar impactos negativos en el medioambiente], como una obra infantil «gota de azufre amiga de la nube» (risa). Debemos ser rigurosos con esta curaduría.

BE – Desde que la Virada fue lanzada en 2011, en São Paulo, ha sido replicada en varios municipios, con realidades ambientales muy diferentes entre sí como Sinop, polo productor de soja e Ilha Bela, donde hay una preocupación por la preservación de la cultura Caiçara y la contaminación de las playas. ¿Cómo llevar las preocupaciones ambientales locales sin perder el foco de la unidad del evento?
AP – La cuestión es precisamente no llevar un evento listo, sino construirlo de forma colaborativa en cada territorio y a partir de los temas clave [vinculados a los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible]. Y estimular a la comunidad a que presente sus demandas y se involucre, siendo protagonista. No tiene sentido hablar de contaminación del aire en Manaos, ni dejar de abordar los impactos del calentamiento global sobre la agroindustria en Sinop. Hoy contamos con una metodología muy interesante que nos permite mapear y cubrir esta diversidad de temas.