Álvaro Núñez Solís ha tenido siempre una mente innovadora. Cuando aún estaba en la secundaria, creó una máquina para acelerar el proceso de producción de tortillas y así ayudar a su madre. Vendió más de 100 máquinas. En la universidad, mientras estudiaba Ingeniería Industrial, en Monterrey, estaba cansado de tener que cargar el abrigo todo el día después de los entrenamientos matinales de natación, e inventó una chaqueta que se convertía en mochila. El éxito fue tal que acabó convenciendo a la universidad para que vendiera su invento en la tienda del campus.

No obstante, la creatividad y el espíritu emprendedor de Álvaro despuntaron de verdad cuando se deparó con la cuestión del e-waste – o basura electrónica. Durante el semestre que pasó en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, como becario, se sorprendió al ver que la gente tiraba radios, computadoras y otros equipos electrónicos, y que muchos estaban dispuestos a pagar para que fueran reciclados de forma adecuada para el medio ambiente. Fue entonces cuando decidió implantar un sistema de reciclaje electrónico en México.

Más de 20 años después, bajo el lema “No los guardes, no los tires, mejor…¡recíclalos!”, su empresa Recicla Electrónicos México S.A (Remsa) ha recolectado más de 9.000 toneladas de residuos electrónicos, transformándolos en materias primas de productos que se reutilizan en cadenas de producción. Monitores de computadoras se convierten en diferentes tipos de piso y porcelanas para baños; el plástico presente en estos aparatos se separa y pasa a cadenas productivas de la industria del calzado.

Sin embargo, para lograr estos objetivos, Álvaro tuvo que hallar formas de educar y cambiar la mentalidad de la gente, advirtiendo sobre los peligros de la basura electrónica. Para difundir la cultura del reciclaje, creó en 2005 Punto Verde, una asociación civil que realiza actividades de recogida de basura en todo el país – los reciclones -, campañas educativas y de concienciación de niños y jóvenes, estudios y desarrollo de nuevos métodos de reciclaje, además de dar apoyo a emprendedores ambientales y sociales e incentivar propuestas de políticas públicas, interviniendo, incluso, en la elaboración de una legislación específica para tratar los residuos electrónicos en México.

En entrevista por e-mail para Believe.Earth, Álvaro nos contó un poco de su trayectoria y nuevos proyectos.

Believe.Earth (BE) – Has declarado en alguna ocasión que tu primera empresa destinada al reciclaje de productos electrónicos en México fracasó debido a la mentalidad de la gente, que no entendía la idea de dar a alguien una computadora o impresora vieja, aunque estuviera averiada o sin usar. Hoy, más de 20 años después, ¿cómo ves la relación del país con el tema del reciclaje, sobre todo del e-waste?
Alvaro Solis (AS) – La mentalidad ha cambiado mucho, y para mejor. Las personas participan cada vez más [del proceso de reciclaje], ya que la producción de electrónicos obsoletos sigue aumentando y el espacio para guardar estos objetos (closets, áreas de servicio o trasteros) no es suficiente. Hoy en día la gente y/o las empresas buscan alternativas de reciclaje.

Ahora estamos en un proceso en el que las personas y/o las empresas entregan sus equipos electrónicos obsoletos a empresas profesionales, formales, en cuanto a la reutilización y el reciclaje, con el fin de incrementar la reincorporación de materias primas recicladas a nuevas cadenas productivas. De esta forma, evitamos que los equipos lleguen a manos de chatarreros y empresas informales que simplemente exportan y/o retiran las partes valiosas de los productos electrónicos, enviando lo demás a vertederos o realizando quemas clandestinas de lo que no tiene valor.

BE – En tu día a día, ¿reciclas también en otras áreas?
AS –
La reutilización y el reciclaje de productos ha formado parte de mi vida durante los últimos 22 años, tanto en el área personal como en la profesional. En mi casa tenemos un sistema de recuperación del agua del sistema de lavado y también de las duchas. Ese agua se reutiliza para regar el jardín. Algunos productos de mi casa, como el piso de los patios y del jardín, así como la porcelana de los lavabos de los baños, fueron fabricados con arena sílica, obtenida a partir del reciclaje de los monitores de computadoras obsoletos. Cuando separamos los productos que ya no usamos porque nuestros hijos están creciendo (libros, ropa, juguetes, etc.), tenemos un sistema de reinserción de esos productos en otras familias de nuestra comunidad.

A nivel profesional, contamos con otras iniciativas complementarias que hacen que aumente nuestro impacto positivo, ambiental y social. En la Ecomaker Store logramos reincorporar muchas partes, piezas de repuesto y productos a las áreas de mecatrónica, electrónica, automatización, robótica, etc.

Por otro lado la Red Eco Maker es una plataforma de innovación en la que constantemente buscamos el desarrollo de soluciones innovadoras para el cambio climático, a través de nuestra metodología basada en la economía circular y en el uso de las tecnologías.

BE – En tu opinión, ¿de qué manera las nuevas generaciones se relacionan con el tema de la sostenibilidad?
AS – Estoy convencido de que nuestros niños y jóvenes están forjando una nueva sociedad en la que entienden que formamos parte del sistema natural, o sea, que no somos el sistema. Por eso para ellos es más fácil actuar en pro del cuidado ambiental y social, y no solo de la economía. Tenemos una iniciativa llamada EcoMakerKids, en la que los niños, jugando y descubriendo, van emprendiendo.

Un hombre moreno, estatura mediana, cargando una caja de cartón grande. Con él, un grupo de varios niños menores de 10 años, ayudando a cargar la caja

Niños de la escuela comunitaria de Cancún reciben una computadora reacondicionada: “Lo que es obsoleto para algunos puede convertirse en una herramienta que ofrecerá un futuro mejor a los niños” (Reproducción/Archivo Personal)

BE – Has creado una tecnología capaz de transformar monitores de computadoras en pisos y porcelanas de baño. ¿Cómo fue el proceso de creación y cuáles fueron las dificultades de implementación de dicha tecnología y del producto final?
AS – Tardamos más de cinco años en realizar el estudio. La introducción en el mercado fue muy complicada puesto que, por ser un producto hecho a partir de material reciclado, la gente piensa que será mucho más barato. Durante aquellos años logramos producir y vender productos a nivel regional. También tuvimos que pasar por una serie de pruebas para validar las características y propiedades de nuestros productos. Después de muchas versiones en desarrollo, llegamos a la 5.0, con la que pudimos igualar el precio de mercado de otros productos. La gran ventaja es que usamos, sobre todo, materias primas recicladas y por eso dejamos de explotar materias primas vírgenes, como el polvo de mármol.

BE – ¿En qué invenciones estás trabajando actualmente?
AS – Además de seguir impulsando las iniciativas que ya están en marcha, actualmente trabajo en varios proyectos, siendo uno de los más importantes el de expansión de nuestra aplicación de celular (para sistemas Android e IOS) Junta, Entrega y Recicla (JER) en otros países. Esta aplicación ofrece el servicio de recogida y reciclaje de productos a través de cuatro pasos sencillos: la persona junta los productos en una caja y solicita el servicio; paga, de acuerdo con el tipo de producto, localización y peso del paquete; entrega el paquete al mensajero, que lo recoge en el domicilio especificado; el producto se recicla y la persona se vuelve parte de la solución. Estoy convencido de que, frente a problemas tan grandes, son necesarias soluciones disruptivas y exponenciales.

Foto de Alvaro en un escenario, haciendo una conferencia. Al fondo, una pantalla mostrando un emoji feliz y escrito "Punto Verde". En la foto, vemos a Alvaro, vistiendo una camisa blanca, de perfil, de la cintura hacia arriba

Álvaro Solís presenta la conferencia “La causa Punto Verde: un modelo sostenible de reciclaje de electrónicos”, en Querétaro, México (Reproducción/Archivo Personal)

BE – ¿Crees en un futuro sostenible para México y para el mundo?
AS – Sí, 100%. En mi caso soy una persona de suerte por dedicar mi vida a buscar soluciones innovadoras para el cambio climático y la economía circular, a través de emprendimientos sociales y tecnológicos, motivo por el que empecé tantos proyectos en mis años de emprendedor.

Tenemos que ser conscientes de que podemos encontrar en los problemas ambientales que nuestro planeta vive actualmente grandes oportunidades de solucionar estas cuestiones y que, con perseverancia, es posible desarrollar modelos de negocios sociales sostenibles.

Es por ello que promuevo Emprender con Responsabilidad Ambiental y Social en México, cuyo objetivo es que nuestra idea-proyecto, desde su concepción, esté comprometida con el desarrollo sostenible. Convirtiéndola en negocio y posteriormente en una empresa con políticas y procedimientos alineados con esta corriente de pensamiento. Lo que nos permitirá atender las necesidades del presente sin poner en riesgo la disponibilidad de recursos para nuestras futuras generaciones. Así, de manera simultánea, contribuirán a la preservación del medio ambiente, es decir, con procesos que impliquen menor emisión de CO2, uso adecuado del agua, eficiencia energética, productos fabricados con materias primas recicladas y con envases reciclables, entre otros.

Álvaro Solís  es emprendedor social Ashoka. Ashoka es una organización global presente en 84 países que lidera un movimiento en el cual todos pueden ser agentes de transformación social positiva.