Respeto y tolerancia componen el camino principal para abrir un diálogo sobre política con los niños. Mantener la conversación en un tono abstracto no se aconseja, ya que necesitan ejemplos concretos para aprender eficazmente acerca del tema. La idea es explicarles y acercarlos al funcionamiento de la política a partir de cuestiones presentes en el día a día.

Aline Alves Soares dos Santos es madre soltera y cree que más allá del diálogo que se establece a través de la palabra, la creación compartida y la vivencia en espacios que proporcionan diversidad son capaces de aportar al niño nuevas perspectivas sobre el mundo, ya que no siempre se tiene el tiempo para conversaciones largas. Esa postura le ha dado a Sofía, su hija de seis años, la oportunidad de mirar con más cuidado las relaciones humanas y más que comprender con exactitud conceptos abstractos y por qué el mundo es como es, saber que es posible transformarlo en aquello que se quiere.

Madre e hija viven en la comunidad Fundo de Pasto, en Monte Santo, región agreste del interior de Bahía. Aline trabaja en la Asociación Regional de Grupos Solidarios de Generación de Ingresos y asistió a la Escola Família Agrícola do Sertão. Su recorrido como madre reproduce aquello que ha sido su propia creación: “He estado inmersa en todas las luchas y movimientos por mejoras en mi comunidad, desde niña. La iglesia, por ejemplo, no fue solo un espacio para profesar la fe, fue donde tuve las primeras discusiones políticas”, recuerda.

Su deseo es que su hija pueda tener vivencias en grupos que defienden los derechos sociales y, a partir de eso, vivir con otras personas e ideas, construyendo un pensamiento crítico, con autonomía. “La creación compartida proporciona eso de la forma más asombrosa y natural posible”, garantiza. Para ella, no sirve que defendamos un pensamiento, una u otra causa y solo llevarnos esa idea para casa, es necesario poner al niño en contacto directo con ese ideal y expresarlo en las propias actitudes. Este contacto con la diversidad y la colectividad, según ella, puede proporcionar las bases para que el niño camine en la dirección opuesta a los discursos de odio e intolerancia.

El conjunto de espacios que el niño frecuenta lo define de verdad, porque aunque solamente esté jugando…

… está absorbiendo las cosas que están sucediendo a su alrededor. Si en mi comunidad las personas están reunidas en momentos de debates o celebración, incluso si el niño no entiende qué se discute allí, esos momentos formarán parte de su construcción sobre el mundo.

CONSTRUIR LO NUEVO
Ya sea en conversaciones acerca de lo que es corrupción, cómo son creadas las leyes del país o por qué millones de árboles son deforestados cada año en Brasil, la política está presente en las ideas que sustenta y también en las acciones y experiencias de todos los días que las familias deciden tener y presentar a los niños. Conciliar teoría y práctica, según Pedro Markun, es ideal para el desarrollo de la educación política de los niños. “Traer una verdadera experiencia es dar concreción a un debate político todavía muy abstracto para ellos. No sirve solo hablar de un montón de cosas, de desigualdad, injusticia y otras cuestiones sin dar caminos concretos para validar lo que representan las palabras”, afirma.
Un ejemplo práctico sucedió cuando su hija visitó con la escuela a los productores rurales en Parelheiros, en el extremo de la zona sur de São Paulo. Es el tipo de vivencia que abre espacio para hablar de cómo se produce y de dónde vienen los alimentos que comemos, cómo trabajan los agricultores locales o cómo la tierra se distribuye en el campo y en la ciudad.

Al mismo tiempo, es posible pensar que todas las ideas están en construcción y las preguntas de los niños pueden también ayudar a los adultos a crecer y a reformular conceptos. Para que los niños crezcan con deseo de construir algo diferente de lo que ya estamos cansados, es necesario que las familias estén dispuestas y comprometidas con el diálogo más allá de la palabra. No desde un punto de vista específico, verdades prontas o imposiciones, sino aportando elementos para que puedan alcanzar sus propias conclusiones.

Después de todo, ¿quién mejor que los niños para idear lo nuevo y hacer surgir posibilidades de mundos? Estando abiertos a lo que tienen que decir, también podremos, quién sabe, soñar con una transformación que tenga el mismo tamaño que la imaginación de los niños.

“Este contenido es parte del especial Em tempos de guerra eleitoral, quem cuida das crianças?», publicado originalmente por el Portal Lunetas el 30/07/2018.