Tercera hija de una familia de cinco hermanos, Denice Santiago, 46 años, creció en la periferia de Salvador y se incorporó a la Policía Militar (PM) a los 18 años. Fue en 1990, año en que el primer grupo femenino entró a la PM. Denice se convirtió en una de las pioneras en la corporación, que actualmente cuenta con un 13,7% de mujeres en su efectivo.

Pionera es una de las palabras que mueven a la mayor. Logró articular un grupo de entrenamiento antirracismo en la PM. “Soy una madre de un muchacho negro de 16 años – tengo un compromiso social y una angustia personal con esto”, dice. Otra cuestión importante, que se ha convertido en el legado de Denice, es la lucha contra la violencia hacia las mujeres. En 2006, fue una de las responsables de la creación del Centro de Referencia Maria Felipa, núcleo de género de la corporación que se ocupa de las condiciones de las mujeres policías.

Luego vino el trabajo en la Secretaria Estadual de Políticas Públicas para as Mulheres (SPM) (Secretaría del estado de Políticas Públicas para las Mujeres), que dio inicio a la Ronda Maria da Penha, acción de la PM bahiana inspirada en una experiencia iniciada en Río Grande do Sul en 2012 para proteger a las mujeres con una orden de restricción. El nombre del programa homenajea a la farmacéutica del estado de Ceará que fue víctima de violencia doméstica, luchó para que su agresor fuese condenado y dio nombre a una ley cuyo objetivo es aumentar la severidad de las penas de los crímenes domésticos contra mujeres. Graduada en psicología, Denice es comandante de la Ronda y usa la comprensión de la psique humana para intervenir en la operación.

En marzo de 2017, la mayor fue condecorada por el Senado Federal con la distinción Bertha Lutz, entregada a personalidades femeninas que se destacan en la lucha por los derechos de la mujer. En el mismo año, la Ronda Maria da Penha recibió el Sello FBSP de Prácticas Innovadoras en la Lucha Contra la Violencia contra la Mujer, del Foro Brasilero de Seguridad Pública (Fórum Brasileiro de Segurança Pública), con el proyecto Ronda para Hombres (Ronda para Homens). “Me di cuenta que algunos hombres estaban ya en la tercera o cuarta relación abusiva”, cuenta Denice. “Entonces, creé este proyecto en el que dos policías hablan con los hombres agresores sobre violencia en talleres con videos, actividades y juegos”. En 2018, la mayor irá a Londres a enseñarle a las autoridades a replicar el proyecto. “Me gusta la policía que estoy ayudando a crear”, afirma, a continuación, en esta entrevista con Believe.Earth.

En primer plano aparece el capó del coche de la policía militar donde dice "Ronda María da Penha 0139" y el escudo de la Policía Militar. En el fondo, un grupo de más de 10 policías militares están en fila horizontalmente (formando 3 filas) y en posición de atención. Denice Santiago, una mujer negra, con el pelo atado, es una de esas policías y aparece en la punta de la primera fila.

Lanzamiento de la Operación Ronda en el Día Internacional de la Mujer, en el año 2015 (Mateus Pereira/Difusión Gobierno de Bahía)

Believe.Earth (BE) – ¿Por qué las mujeres siguen siendo una minoría en la carrera militar?
Denice Santiago (DS) – Entiendo que el militarismo es una estructura histórica y culturalmente masculinizada, una estructura en la que la sociedad aprendió a ver una representación de lo masculino, porque conecta el militarismo a la fuerza y la fuerza a lo masculino. Aquí en Bahía, estamos hace casi 28 años demostrando que no es eso. En otros estados, como São Paulo, hace más de 50 años estamos demostrando que no es eso. En Bahia, somos las primeras mayores, estamos aprendiendo y enseñando lo que significa ser mayor femenina. Todavía no alcanzamos todos los espacios de la corporación, aún vamos a tener otras pioneras en otros lugares, otros ambientes.

BE – ¿Qué cambió desde que entraste en la PM?
DS – Un comandante de aquella época decía que éramos responsables por el éxito de la historia de la mujer en la policía. Creo que estamos haciendo nuestro papel correctamente, ¿no? Comenzamos en una corporación que pasó 165 años solo con hombres. Por lo tanto, hay datos muy curiosos, como la prohibición de que las mujeres entren en los cuarteles después de las 22h, solo que entramos en la policía y se olvidaron de revocar la prohibición. Las actividades pioneras producen eso, hacen a uno crear rupturas. En 1992, me incorporé al primer grupo de oficiales. La academia nunca había tenido un grupo mixto y tuvimos que aprender cuál era el mejor uniforme, discutir si las mujeres se graduarían juntas o separadas de los hombres. Había una desconfianza con relación al desempeño femenino – se dudaba de su capacidad técnica. Hoy en día, policías militares y la sociedad ya lo miran diferente. Ahora, piensan: “ellas son buenas, ellas pueden”.

BE – ¿Cómo surgió el Centro de Referencia Maria Felipa?
DS – En 2005, durante la celebración de los 50 años del ingreso de la mujer en la Policía Militar en São Paulo, varias mujeres subieron al escenario para contar los intentos de suicidio, suicidios de hijos, uniendo esto a su actividad laboral. Cuando volví, le pedí autorización al comandante general en aquel momento, Coronel Santana, para crear un centro de referencia orientado a la mujer policía que pensase en las especificaciones de lo femenino. La iniciativa se presentó en marzo de 2006, con la idea de atender y escuchar a la policía militar y ayudar al comando de la corporación en la legislación y acuerdos al respecto, desde uniformes y temas de acoso moral y sexual hasta violencia doméstica. Las policías militares empezaron a recurrir al centro para saber cómo protegerse, las esposas de los policías también vinieron a nosotros. Creamos una puerta de entrada para gestantes, para la mujer embarazada que sale del servicio operacional y queda en el administrativo hasta terminar el período de lactancia, para protegerla sin estigmatizarla. Después, se reintegra al operacional sin problemas y sin pérdidas.

BE – Y, ¿por qué eligieron el nombre Maria Felipa?
DS – Mi sugerencia inicial fue Maria Quitéria [en referencia a la primera mujer brasilera en integrar una unidad militar en el país, pero se hizo pasar por hombre para ser admitida].  Cuando le llevé la idea al coronel, dijo: “¿quieres vestirte como un hombre para ser aceptada? Mire ahí una igual a usted, Maria Felipa, y vea si no es un mejor nombre para su centro”. Estudiamos a Maria Felipa, una esclava liberada que reunió a otras mujeres para luchar por algo en lo que ella creía, en aquel momento, la Independencia de Bahía. Era exactamente eso lo que queríamos – juntar mujeres para luchar por aquello en lo que creemos.

Un grupo de policías militares, todos negros, hombres y mujeres, están alrededor de una mujer blanca, pelo negro y corto, en silla de ruedas (que es de Maria da Penha). Esta mujer, de la silla de ruedas, mira un poco hacia arriba y sonríe a otra mujer negra, policía militar, que está de pie, usando uniforme y de pelo atado (es Denice Santiago), que también sonríe.

Maria da Penha con miembros de la Ronda en Salvador (Amanda Oliveira/Difusión Gobierno de Bahía)

BE – ¿Cómo comenzó tu papel en defensa de los derechos de las mujeres?
DS – El trabajo con el Centro Maria Felipa hizo que nos acercáramos a la violencia doméstica y que trajéramos ese debate a la corporación. Empezamos a promover cursos y reuniones para que los policías militares comenzaran a ajustarse a una doble relación: el hombre policía militar que puede ser agresor y el policía militar que es hombre y va a atender a la mujer víctima de violencia. Ese funcionario debe conocer la legislación, la Ley Maria da Penha; ese hombre tiene que saber los tipos de violencia que puede estar cometiendo. Eso me acercó a la red [de atención para las víctimas de violencia] y, después de seis años en Maria Felipa, recibí la invitación para trabajar en la Secretaria Estadual de Políticas Públicas para as Mulheres. Allí, trabajaba en la lucha contra la violencia y en apoyo a la autonomía. Mucho de lo que hoy sé, se relaciona con ese período de mi vida. Fue en SPM que empecé a pensar en la Ronda Maria da Penha.

BE – ¿Cómo es la vida cotidiana en la Ronda Maria da Penha?
DS – La Ronda tiene la misión de proteger a las mujeres víctimas de violencia doméstica que tienen orden de restricción de emergencia concedida. Realizamos visitas a estas mujeres, vamos a la casa, al trabajo, circulamos en el barrio. Siempre que sea posible, hablamos con el agresor. La Ronda, por ejemplo, acompaña a la mujer en la audiencia en el juzgado para que no se sienta amedrentada y termine por abandonar. Tenemos tres vehículos, compuestos por una mujer y dos hombres que hacen visitas graduadas, con evaluación de riesgo. Cuando llega el caso, la tropa se mueve, aplica un cuestionario de atención, traza el perfil psicosocial y evalúa el riesgo. Si es inminente, visitamos a la mujer diariamente – a veces, más de una vez al día.

BE – ¿Cuál es la parte más compleja de la operación?
DS – Entiendo que la detención del agresor es fácil. Pero, ¿cómo hago para que ese hombre no vuelva a agredir a su pareja? ¿Cómo hago para que esa mujer no se someta nuevamente a una relación abusiva? Tenemos que educar, sensibilizar, prevenir. La Ronda estableció un Comité de Gobernabilidad que incluye Tribunal de Justicia, Ministerio Público, Defensoría Pública, Secretaría de Políticas para las Mujeres, todos los órganos de la Secretaría de Seguridad Pública involucrados, que se reúnen cada dos meses para discutir estrategias de actuación. Conseguí traer policías militares con formación en derecho, psicología y trabajo social para trabajar aquí y ayudar a crear proyectos. Uno de ellos es Mulheres de Coragem (Mujeres de Coraje), con clases en la base de la Ronda sobre empoderamiento, emprendedurismo, artes plásticas, teatro, danza, terapias de grupo.

BE – ¿Cuáles son los logros hasta aquí?
DS – Desde que empezamos a protegerlas, ninguna mujer sufrió una nueva agresión. Y ya han sido atendidas 1733. La mayoría de las veces, necesitan a alguien que las escuche sin juzgarlas. La sociedad tiene una tendencia a juzgar, a preguntarse qué hizo esa mujer para ser agredida. Es importante recordar que, en una agresión, el único culpable es el agresor. También hubo un aumento de denuncias – y el crédito lo tiene el fenómeno que la Ronda generó. Las mujeres se sienten más seguras. Antes, una orden de restricción era un pedazo de papel. Ahora, entre la emisión de la medida y su vida tienen a la ronda acompañándolas.

BE – ¿Cómo ayudar en la construcción de una sociedad más igualitaria?
DS – Creo en una Policía Militar que mire al ser humano como ser humano. Que no mire desde la religión, color de piel, condición social. Que cobije, respete, combata, pero fundamentalmente prevenga. El combate contra la delincuencia es el resultado de algo que quedó fuera de nuestro control, pero quiero una Policía Militar que se preocupe en proteger, en salvar vidas, que construya con la sociedad, que se acerque, que escuche y respete.

Además, tenemos que ver y entender a la otra mujer que, tanto como nosotras, necesita cuidado, cariño, acogida. Me empeño en el respeto hacia las personas, a las mujeres que atendemos. Practico candomblé y quien me guía es Iansa, orixá del cuidado y el celo. Los rayos y las tormentas de Iansa son para proteger a las personas que cuida.

 

Este contenido es parte del especial Believe.Women, una serie de entrevistas realizadas por Believe.Earth en colaboración con la revista AzMina y el portal Catarinas. Believe.Women apoya y promueve el ODS 5, de Igualdad de Género, y el ODS 10, de Reducción de las Desigualdades.