Sin lugar a dudas se ha declarado la guerra al plástico. Tras varias iniciativas internacionales, la Unión Europea anunció un plan para “limpiar” el continente de plástico de un solo uso – como botellas de plástico, pajitas, cucharillas de café, cubiertos y envases -, hasta 2030. Bélgica es el primer país de la unión que va a gravar el uso de este tipo de producto.

Recientemente fue el turno del alcalde de Londres, Sadiq Khan, que anunció la instalación de fuentes en diversos puntos de la capital inglesa para combatir el uso de botellas de plástico de un solo uso e incentivar a la población y a turistas a llevar sus propias botellas.

Se estima que se vende un millón de botellas de plástico por minuto en el planeta, o sea, se compran 20.000 por segundo. Son cifras del estudio Global Packaging Trends Report de la consultora Euromonitor International.

Solo en 2016 se comercializaron 480.00 millones de botellas hechas de plástico. Y, como si este consumo no fuera lo suficientemente alarmante, se prevé que aumente un 20% hasta 2021, alcanzando los 583.000 millones de unidades.

En principio, el proyecto piloto de Londres va a instalar 20 fuentes el próximo verano. Pero a partir del mes que viene, otra parte de la iniciativa comenzará en cinco áreas de la ciudad. Restaurantes, bares y tiendas tendrán surtidores de agua para que, de manera gratuita, la gente pueda rellenar sus botellas de agua también en estos lugares.

Si el proyecto tiene éxito se ampliará a más zonas. La alcaldía de Londres cuenta con el apoyo de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, en sus siglas en inglés), que suministrará las fuentes y surtidores y supervisará si se reduce el consumo de botellas de plástico.

ZSL había lanzado anteriormente una campaña contra el uso del plástico llamada #OneLess. De acuerdo con la entidad, los londinenses son los mayores consumidores de botellas del Reino Unido, comprando una media de 3,37 unidades por semana, o 175 al año. Simplemente un disparate, sobre todo en un país en el que el agua corriente es potable. Sin reciclaje, muchas de ellas van a parar al río más famoso de la capital, el Támesis.

El año pasado Borough Market, el mercado municipal más famoso de Londres, visitado por millones de turistas cada año, también anunció la instalación de fuentes para prohibir la venta de botellas de agua. El objetivo es que el mercado se convierta en una “zona libre de plástico”.

La iniciativa lanzada por Sadiq Kahn forma parte de un plan más amplio para reducir los residuos. El alcalde planea que, para 2026, ningún residuo biodegradable o reciclable llegue a vertederos. En la alcaldía ya está prohibido el uso de vasos, cubiertos y botellas de plástico.

Imagino que vai ter que adaptar isto; «el mes pasado», talvez?