Cuando Mariana Madureira, de 35 años y Marianne Costa, 34, se conocieron a principios de los años 2000, ambas estudiando turismo en la Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG). Fue idea de ellas crear la empresa júnior de turismo en la universidad, Territórios, establecida en 2003 y que opera hasta hoy en día. El objetivo era que el negocio sirviese como laboratorio de un deseo que unía a las dos: producir impacto social en un segmento de turismo, que representa el 3,5% del Producto Bruto Interno (PBI), según datos de Embratur (Instituto Brasilero de Turismo).

Territórios fue el embrión de la empresa que surgiría tres años más tarde, cuando Mariana y Marianne se unieron a otras dos socias para fundar Raízes Turismo e Desenvolvimento Local (Raíces Turismo y Desarrollo Local), que genera ingresos sostenibles en comunidades periféricas y rurales del interior de Brasil aprovechando el potencial de la producción artesanal y la gastronomía de estos grupos.

Ya en el primer año de operación, Raízes hizo un mapeo económico y ecológico de las ciudades del estado de Minas Gerais, Sabará y Caeté, incluyendo los patrimonios a ser preservados y los lugares donde el turismo debería ser estimulado o inhibido. El trabajo se llevó a cabo en colaboración con una empresa medioambiental contratada por las prefecturas de las ciudades. Mariana y Marianne también asumieron enseguida la coordinación ejecutiva de la Asociación Brasilera de Ecoturismo y Turismo de Aventura (ABETA).

Dos mujeres, una al lado de la otra, riéndose, sin mirar a la cámara, relajadas. Aparecen a la derecha de la imagen: la primera (lado izquierdo), lleva una camisa negra, tiene tez blanca, pelo corto y ligeramente ondulado; la segunda, también de tez blanca, viste una camisa a rayas verticales rosadas, tiene pelo oscuro y liso a la altura del hombro. Atrás, el reflejo de las sombras de las hojas de un árbol en una pared blanca; más adelante, hay parte del tronco de este árbol fuera de foco.

Marianne y Mariana empezaron a emprender en la facultad y llevaron adelante las ganas de hacer del turismo un camino para transformar vidas (Renato Stockler/Difusión)

En 2009, el dúo dejó el estado de Minas Gerais para irse a São Paulo, donde Raízes fijó una base en Impact Hub São Paulo, espacio de coworking que reúne a empresas con un estilo sostenible y social. Fue en ese momento que su trabajo ganó aún más relevancia con la creación de Raízes Artesanato (Raíces Artesanía). La iniciativa se lleva a cabo en 20 comunidades en Vale do Jequitinhonha, en el nordeste de Minas Gerais e involucra a casi 400 personas, en su mayoría mujeres, en un proyecto de formación profesional y venta de artesanías producidas en la región. Jequitinhonha es uno de los lugares más pobres de Minas Gerais  y sufre de sequía, forzando a los trabajadores a emigrar en busca de sustento.

Las socias apoyaron un sitio web para la difusión y venta de las piezas hechas allí y toda la producción y logística para comercializarlas en otras ciudades. Antes de dar cualquier paso, las dos conversaron con las artesanas para que todas participaran de las decisiones. El cometido generó ingresos y orgullo.

«Vemos que las mujeres más jóvenes, a las que no les importaba el oficio de las madres, ahora tienen interés en las artesanías y desean preservar la tradición», cuenta Mariana.

«Cuando alguien de afuera reconoce lo que produce una comunidad, los habitantes de este lugar ganan autoestima. Las mujeres de la nueva generación saben que lo que hacen tiene un gran valor».

SIN PERDER EL RUMBO
Sólo el sitio, sin embargo, no vendía como se esperaba. En parte porque la logística es cara y la competencia con artículos industrializadas de China llega a ser desleal. Pero hubo una narrativa oculta en este camino, que Mariana y Marianne solamente conocieron en una de las tantas veces en que llenaron cajas de productos de Jequitinhonha y fueron a vender a las ferias. «Nos dimos cuenta de que las ventas fueron mucho más expresivas en esas ocasiones, porque contábamos las historias detrás de las piezas», dice Marianne. Las creadoras entendieron que el norte del trabajo necesitaba ser el acercamiento de las personas a la vida de los artesanos.

Raízes Artesanato se convirtió en Raízes Desenvolvimento Sustentável y las socias seleccionaron tres de las 20 comunidades atendidas en Vale do Jequitinhonha para armar un itinerario turístico completo, con puntos para visitar y experiencias culturales y gastronómicas. «Vimos que podíamos trabajar con las mujeres de las comunidades, que teníamos empatía y escucha para estas demandas», afirma Marianne. «Si queremos desarrollo sostenible, no se puede no incluir a las mujeres». Después de todo, las mujeres son mayoría en la población y son responsables del sustento del 37% de los hogares brasileros, según datos de Instituto Brasilero de Geografía e Estadística (IBGE).

En 2014, además de crear el itinerario de turismo comunitario “Do Barro à Arte” (De la Arcilla al Arte»), una inmersión en el arte de los maestros ceramistas con hospedaje en casas de familia de la región, Mariana y Marianne han pasado por un largo proceso para certificar Raízes como Empresa B, que certifica negocios de impacto social positivo.

UNA VIDA DE DESPLAZAMIENTOS
Hoy en día, las amigas ya no son más socias. Decidieron, en el año 2015, que se separarían para dirigir dos compañías independientes- y complementarias. Mariana continúa al frente de Raízes, que atiende comunidades y empresas con proyectos de desarrollo sostenible. Una de las iniciativas recientes es Dona do meu Fluxo (Dueña de mi Flujo), en colaboración con la empresa Korui, fabricante de absorbentes femeninos, que distribuye copas menstruales entre las mujeres de la región agreste minera y organiza debates sobre el cuerpo femenino. Las copas no son desechables y, por lo tanto, son más sostenibles y económicas.

En primer plano aparece parte de una mano blanca sosteniendo una bolsa de tela color crema pequeña, atada a una cadena y decorada con un papel cuadrado pequeño, donde se ve una imagen de flores y la inscripción: "dona do meu fluxo". Atrás, aparece parte de un pueblo, con suelo arenoso y tres pequeñas casitas fuera de foco.

Raízes organizó la distribución de copas menstruales y conversaciones sobre el cuerpo femenino en 11.000 km de la región agreste minera (Difusión/Raízes Desenvolvimento Sustentável)

Marianne ahora trabaja con Vivejar, que atiende a turistas en busca de viajes con propósito y experiencias significativas. Por ejemplo, el itinerario gastronómico en Belém, Pará, desarrollado con el Movimento das Mulheres das Ilhas de Belém (Movimiento de las Mujeres de las Islas de Belém).

Como escribió el novelista chileno Roberto Bolaño, cada 100 metros, el mundo cambia, en una referencia a la medida de un paso. Mariana y Marianne caminaron muchos 100 metros en un recorrido cuya trayectoria fue cambiando, pero nunca el deseo inicial: hacer la diferencia.