Kreuzberg es probablemente el barrio más hipster de Berlín, en Alemania. Multicultural, moderna, con un arte callejero vibrante. Allí se puede hacer compras en una tienda que vende frutas, verduras, granos, condimentos, pastas y hasta cosméticos. Sin embalaje, ni plástico. Llevas tu bolsa de tela y tus envases de vidrio o compras bandejas y usas las bolsas de papel que hay a disposición en la isla central del salón. Así es cómo funciona, Original Unverpackt, un pequeño mercado que opera en el sistema zero waste, o desperdicio cero.

El concepto no es nuevo. El primer zero waste del mundo fue Unpackaged, en Londres, inaugurado en 2007. Hoy en día, ya hay 150 establecimientos de este tipo, según el sitio web Bepakt, que lista los supermercados y tiendas libres de embalaje. La mayoría está en Europa, pero también hay unidades en los Estados Unidos, en Canadá, Taiwán y Corea del Sur. En el año 2015, 27 casas abrieron las puertas. En 2016, 60. Sólo en el primer semestre de 2017 fueron inaugurados 24 mercados.

El título, en el extremo superior izquierdo, dice “Explosión sustentable”, en letras blancas mayúsculas sobre una franja verde dividida horizontalmente, con la parte de abajo en un tono más oscuro y terminada en su borde inferior en zigzag. Debajo, sobre fondo blanco, está escrito: “Número de mercados abiertos al año en Alemania que no usan envases o bolsas de plástico”, y, más abajo, una de línea de tiempo roja con las siguientes fechas en blanco: 2010, con un número 1 encima; 2013, con un número 1 también; 2014, con un número 3; 2015, con un 9; y 2016, con un 28. Estos números sobre la línea de tiempo están escritos en blanco en círculos con fondo verde agua. Entre cada año y su respectivo número hay ilustraciones de verduras, de manera proporcional a cada número. Debajo de la línea de tiempo hay un rectángulo gris en el que está escrito, en negro: “Solo en el primer semestre de 2017, 16 mercados zero waste fueron abiertos”. El número 16 está destacado en color rojo y un tamaño mayor. A la derecha de ese texto hay iconos verde agua que representan mercados. La fuente de información está en el extremo inferior derecho, en letras negras pequeñas, y es la siguiente: Bepakt, índice de datos desperdicio cero. Arte: Marina Lang/Believe.Earth.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada ciudadano europeo utiliza un promedio de 198 bolsas de plástico – 89% de ellas son descartadas inmediatamente después del primer uso. Si fuese eliminado el consumo de plásticos en la región, la economía sería 899,5 billones de euros.

Los alemanes produjeron 220 kilos de desechos plásticos por habitante sólo en 2014. No es de extrañar que el país esté cada vez más comprometido en la lucha contra el desperdicio. Todas las personas separan la basura y el 71% de este material continua para el reciclaje.

Además de la guerra declarada a los plásticos, lo que llama la atención en estos sitios es la preocupación con el origen de lo que está a la venta. Todos trabajan con orgánicos – algunos de ellos únicamente venden orgánicos. Si hay alguna ilegalidad involucrada en la cadena de productiva, como trabajo esclavo, explotación de menores o el uso indiscriminado de los recursos naturales, la mercadería pasa lejos de los estantes.

Parece una idea de negocio para unos pocos, pero la experiencia de estos nuevos empresarios indica que es un sueño posible. El capital necesario para abrir una tienda depende del país y de la región elegida. La dueña de Original Unverpackt, Milena Glimbovski, juntó 25.000 euros (30.900 dólares) con la ayuda de financiación colectiva. Comenzó con 300 productos y ya logró duplicar el número de ofertas.

Para aquellos que quieran seguir los pasos de Milena, que organizó un curso en línea (ver aquí), es importante estar atento a estos puntos:

Nada de plástico: los alimentos quedan dispuestos a granel y el cliente tiene que traer su propio envase. Como no todo el mundo sale de su casa preparado, se dejan bolsas de papel para uso libre y potes a la venta o como cortesía.

Desperdicio cero: la comida a punto de vencerse puede ser destinada a un grupo de personas dispuestas a distribuirla, o a una entidad benéfica.

● Productos comprados en sacos de compra: el estilo de almacén es el encanto ante las tantas tiendas llenas de fragancias y plásticos. El arreglo de los granos en estos mercados sigue generalmente un patrón (ver fotos).

● Origen conocido: para tener un zero waste es necesario hacer negocios con aquellos que tienen los mismos intereses. Por lo tanto es importante valorar sellos y certificaciones y visitar a los productores para conocer los procesos adoptados por ellos.

● Productos locales: una de las prácticas más sostenibles es comprar a quien está en los alrededores.

● Marcas famosas: incluso grandes empresas con sellos verdes necesitan ser miradas cuidadosamente, para verificar si la cadena completa de producción es realmente responsable.