No hay que nacer en un barrio desfavorecido para sensibilizarse acerca las dificultades que la población de baja renta enfrenta para tener acceso a una vivienda digna. La ingeniera Radwa Rostom siempre tuvo donde vivir. Su padre trabajó para el Ministerio de la Electricidad en Qatar, donde ella acudió a la escuela internacional. Y, cuando regresó a El Cairo para graduarse en Ingeniería de la Construcción, Radwa decidió implicarse en diversas actividades estudiantiles, entre ellas la enseñanza en asentamientos informales en Azbit Abu-Qarn, en la periferia de El Cairo. Fue entonces cuando empezó a prestar atención a los barrios más pobres y a los asentamientos temporales. “Me sentía responsable de las comunidades desfavorecidas de mi ciudad y aún más responsable con respecto a los habitantes de las áreas de asentamientos y viviendas pobres, porque estaba estudiando construcción y sentí el deseo de ayudarlos como voluntaria”, recuerda.

En aquella época, Radwa no tenía muchos recursos para poner en marcha un proyecto, pero siguió con el voluntariado y, poco a poco, fue formándose una idea más concreta de cómo podría colaborar para cambiar la realidad de esas personas de forma diferente a lo que las ongs y el estado hacían. “Era muy frustrante para mí la forma en que los gobiernos y los municipios lidian con esta cuestión. La mayoría de las veces, adaptan el mismo planteamiento de reubicar a la gente, sin implicarla en el proceso, sin considerar sus necesidades, así, el problema nunca desaparece. Yo quería intentar un enfoque diferente”, dice.

Radwa implementó un proceso de construcción de bajo coste para levantar edificios con la misma solidez estructural que los erigidos de forma tradicional y que cumple todos los estándares necesarios de la construcción residencial. La diferencia radica en que su planteamiento combina la innovación en diseño, construcción, financiación e implicación de la comunidad para reducir los costes de construcción residencial en un 50% o más. Todo ello empleando técnicas de construcción sostenible, utilizando materiales locales y permitiendo que familias de baja renta proyecten y construyan sus propias casas.

A continuación, la entrevista que Radwa concedió a Believe.Earth.

Believe.Earth (BE) – Al comienzo de tu carrera trabajaste en la construcción de centros comerciales y otras grandes obras. ¿Qué te llevó a cambiar y a centrarte en la vivienda popular?
Radwa Rostom (RR) – Siempre sentí el deseo de hacer algo por mi comunidad y por las personas que más lo necesitan. No estaba completamente satisfecha cuando trabajaba para clientes de alto nivel, había otros hacia los que me sentía más responsable. El significado de una casa para mí era más que el de un mero edificio, era un abrigo, que debería ser humano y suficientemente equipado para garantizar una forma de vida segura a sus habitantes.

BE – ¿Cómo se llegó al modelo de vivienda accesible que desarrollaste?
RR – Al principio la idea no estaba madura, era tan sencillo como “queremos que la gente viva en unidades habitacionales humanas y resilientes”. Todavía no estaba segura de “cómo”. Solicité varios programas de becas y tuve tutoría y coaching de arquitectos y emprendedores sociales. Tuve que explorar varios modelos y varias opciones para llegar a este planteamiento. La idea desde el principio era sobre colaboración. Creo que el modelo aún está en evolución y seguimos probando diferentes enfoques y somos bastante flexibles en eso. 

BE – Hay asentamientos y barrios desfavorecidos en todo el mundo. ¿Crees que el modelo que creaste puede ser aplicado en cualquier lugar?
RR – La principal idea que tuvimos y que estamos esforzándonos por realizar es la de crear un modelo flexible, adaptable y accesible para la rehabilitación y actualización de asentamientos informales y de zonas desfavorecidas, en cualquier lugar. No queremos cerrarnos en una determinada técnica de construcción, que emplea maquinaria pesada, tenemos flexibilidad para usar materiales de origen local. Queremos implementar nuestro modelo en varios contextos, teniendo en cuenta las diferencias entre ellos. Trabajamos en áreas de asentamientos informales, trabajamos en aldeas, trabajamos en áreas rurales y marginalizadas. Entendemos la cultura y la mentalidad de la gente y somos muy flexibles a la hora de comprender y procesar lo que sea que ellos necesiten y adecuar nuestra solución a ello, puesto que nuestro pilar principal es el Human Centered Design Approach (enfoque de diseño centrado en el ser humano).

BE – Aunque son accesibles, las casas cumplen con todos los estándares de calidad y seguridad exigidos en tu país. ¿Cómo cuadran las cuentas?
RR – No estamos inventando nuevas formas de construcción. La idea de construir con tierra y materiales locales ha sido empleada en nuestra comunidad porque es muy viable con nuestro clima. Solo necesitamos más educación y concienciación sobre estas técnicas y también apoyo de las autoridades para incluirlas en los estándares de construcción y así hacer las autorizaciones e inscripciones más factibles.

BE – Los estudiantes de ingeniería tienen una participación importante en tus proyectos. ¿Cómo funciona esto?
RR – Los alumnos son uno de los principales pilares del proyecto. Una de nuestras principales metodologías de trabajo es la divulgación de conocimiento y la concienciación. Otro motivo por el que incluimos a estudiantes es porque no tienen la oportunidad de aprender sobre estas técnicas de construcción ni de implementar sus ideas en una experiencia práctica y, al mismo tiempo, servir a su comunidad. Incorporamos alumnos y graduados en todos nuestros proyectos, de los cuales forman parte desde el principio. Realizamos un taller que abarca varios asuntos como participación de la comunidad, diseño centrado en el ser humano, construcción de tierra, sostenibilidad y diseño ambiental. Ellos adquieren este conocimiento y tienen la posibilidad de interactuar con los locales y aprender acerca de esta problemática.

BE – ¿Cómo logras financiar tus proyectos?
RR – Para la sostenibilidad financiera, clasificamos nuestro trabajo en tres categorías. La primera es el desarrollo de la comunidad, en el que nos centramos fundamentalmente en proyectos de desarrollo comunitario que incluyen unidades habitacionales, centros comunitarios, escuelas informales, clínicas, cualquier edificio que contribuya al desarrollo de la zona. En esta etapa dependemos de donaciones, premios y becas, y colaboramos con ongs e iniciativas locales para mantener la financiación de los proyectos. La segunda categoría es la comercial, en la cual ofrecemos proyectos de consultoría y construcción para dueños de viviendas, emprendimientos y empresas inmobiliarias. Esta es la principal fuente de generación de ingresos porque trabajamos con clientes que tienen la posibilidad de pagar y, con los beneficios que obtenemos, podemos cubrir nuestros gastos. Nuestra tercera categoría es la educación y la concienciación, en la que impartimos talleres y sesiones de pago a estudiantes y graduados.

BE – ¿Cuáles han sido las principales dificultades a las que te has enfrentado?

El principal desafío es cambiar la mentalidad de las personas. Están convencidas de que las formas convencionales de construcción son la única manera de vivir en una casa o edificio resiliente. A través de nuestro trabajo estamos intentando convencerlas de que existen otras alternativas que son más accesibles, duraderas y proporcionan mayor comodidad.

BE – En esta gran iniciativa para dar dignidad a gente que no tenía un lugar al que pudiera llamar casa antes, ¿qué principales logros destacarías?
RR – Presumo de que una de las mayores conquistas que alcanzamos fue conseguir formar un grupo de apoyo o una red de personas interesadas, que quieren aprender más y ayudar a más comunidades. Aparte de eso, este año representa uno de nuestros hitos, puesto que hemos realizado tres proyectos y hemos ampliado nuestro equipo y nuestro ámbito de actuación.

Radwa Rostom es emprendedora social Ashoka. Ashoka es una organización global presente en 84 países que lidera un movimiento en el cual todos pueden ser agentes de transformación social positiva.