Para dedicarse a los estudios hay que sentirse a gusto en la escuela. En los centros educativos Júlio César de Moraes Passos y Arthur Soares Amorim, los altos índices de abandono escolar mostraban que los alumnos estaban poco motivados para participar en las actividades propuestas por los profesores, y aún menos para transformar la educación que recibían, o la realidad de sus comunidades, en la periferia de Manaos, Amazonas (estado del noroeste de Brasil).

No había estímulo ni oportunidades. Los alumnos se sentían alienados, no sólo en el ámbito educativo, sino también en su ciudad. Necesitaban sentirse parte del proceso, en la escuela y en la comunidad; sentirse ciudadanos, agentes de cambio. En las clases de Sociología esta situación poco alentadora empezó a cambiar.

Los estudiantes comenzaron a participar en charlas y ponencias con el objetivo de descubrir cuáles eran los aspectos principales que les gustaría cambiar en sus barrios. Uno de los alumnos propuso al grupo que entrasen en contacto con un concejal de la ciudad para hacerle llegar el problema que más le preocupaba, las condiciones de su calle, y demandar una mejora. Fue entonces cuando todos abrazaron la idea y se pusieron a debatir y a buscar soluciones, más allá de la escuela.

Así surgió el proyecto Voz Ativa (Voz Activa). “Fuimos a hospitales, estaciones de autobuses y comisarías de policía para hacer un estudio de campo y descubrir cuáles eran los problemas que tenía la gente en estos servicios, tanto público como trabajadores”, cuenta Hellainy Gabriele Oliveira da Costa, 18, una de las participantes del grupo.

El trabajo se desarrolló entre julio y septiembre de 2017, los estudiantes elaboraron cuestionarios y fueron a hablar con padres, madres, compañeros y vecinos. Después de recopilar los problemas identificados, entregaron cerca de 100 anteproyectos a los parlamentarios de Amazonas. “Hicimos más de 800 entrevistas y, con las demandas de la gente en la mano, nos presentamos ante más de 200 diputados y concejales”, dice, con orgullo, Gabriele Ribeiro de Araújo, 17. “Muchas demandas obtuvieron respuesta, como la de arreglar los agujeros de las calles”, recuerda.

Además de las mejoras en la pavimentación y el saneamiento básico, la iniciativa logró mantener a algunos de estos jóvenes activos y movilizados: uno de ellos participó en el proyecto Joven Parlamentario, en Brasilia, que ofrece una experiencia en el Congreso de los Diputados a estudiantes de secundaria de escuelas públicas de todo el país; otros cinco estudiantes forman parte del Parlamento Joven Regional; y tres más se inscribieron en el programa Joven Senador 2017. “La intención del profesor era enseñarnos que tenemos voz, que podemos reivindicar nuestros derechos”, dice Hellainy.

Con motivo del proyecto, la Asamblea Legislativa Municipal realizó, en octubre de 2017, una sesión solemne en reconocimiento a la importancia de la acción de los estudiantes para la sociedad de Manaos. “La lección principal fue que debemos unirnos para procurar el interés de la mayoría. Los alumnos fueron los protagonistas de cambios en su propia realidad. Vieron que el cargo que ejercen las autoridades no es particular, sino que son nuestros representantes”, afirma el profesor Girleno Menezes Barbosa, que orientó a los alumnos en la elaboración del proyecto. “Entendieron que, como ciudadanos, nuestro cometido no termina cuando depositamos el voto, y que debemos hacer un seguimiento, así como proponer cambios en beneficio de todos.”

 

El proyecto Voz Ativa ha sido premiado en el Desafío Creativos de la Escuela 2017. Criativos da Escola, un programa de Alana, anima a niños y jóvenes a que transformen sus realidades, siendo protagonistas de sus propias historias de cambio. La iniciativa forma parte de Design for Change, un movimiento global que surgió en la India y está presente en 65 países, inspirando a más de 2.200 millones de niños y jóvenes en todo el mundo.