Ella fue la primera de la familia en terminar un curso superior, en tener un auto y un cargo de liderazgo en una de las mayores empresas del país. También fue la primera en dejar a todos en “shock”cuando “largó todo” para trabajar con temas de género y raza. “Y nunca me arrepentí”, cuenta Cida Bento, coordinadora del Centro de Estudos das Relações de Trabalho e Desigualdades (CEERT) y elegida por la revista The Economist, en 2015, como una de las 50 profesionales más influyentes del mundo en el campo de la diversidad.

Después de dejar el sector privado, Cida hizo una maestría y doctorado en el área de la psicología y se especializó en estudiar la blanquitud. En 1990, junto con el politólogo Ivair Augusto Alves do Santos y el abogado Hédio Silva Júnior, creó CEERT, que se centra en la equidad de género y raza en la educación, mercado de trabajo y Justicia.

Ellos fueron los responsables, hace más de 20 años, por realizar la primera acción contra el asesinato de un hombre negro por la policía, como un delito de racismo. “Una cosa es decir que los hombres negros son asesinados; otra, es decir que este asesinato fue cometido por el Estado como un delito de racismo”, dice Cida.

En el mercado laboral, CEERT trabaja con empresas para que los procesos favorezcan la entrada, la formación y el ascenso de mujeres y para evitar que el prejuicio y la discriminación interfieran en decisiones sobre contratación y promoción. “Los negros, sobre todo las mujeres negras, son la masa más grande de desempleados o subempleados”, afirma. A continuación, se encuentra, la entrevista de Cida a Believe.Earth.

Mujer negra, con pelo atado y lentes, con un enterito tipo mono de punto largo, estampado blanco y negro, de pie, sosteniendo un micrófono, y hablándole a una audiencia conformada por más de 50 personas, todos están sentados en filas horizontales de asientos azules. Están en un pequeño auditorio.

Cida Bento hace la apertura de un foro en la Universidad Federal del Recôncavo de Bahía (Reproducción/Archivo Personal)

Believe.Earth (BE) -¿Cómo empezó su trayectoria?
Cida Bento (CB) – Soy de una familia de ocho hijos de la zona norte de São Paulo. Mi padre era conductor y mi madre, sirvienta, que nos decía a mí y a mi hermana que no quería que tuviésemos la misma vida que mi tía y ella tuvieron, atadas al hogar. Mi tía trabajaba para una familia rica y era una gran cocinera, pero iba a la cocina cuando ellos tocaban la campana. Incluso así, mi madre nunca dejó que tuviesen pena de ella. Dijo que quería tener ocho hijos y que eran su gran realización, que ella siempre hizo lo que tuvo ganas de hacer.

Yo hice psicología, fui la primera de la familia en terminar un curso superior, tener auto y conseguir trabajo en la tercera empresa más grande del país en aquel momento y dejar a todo el mundo en “shock” cuando “largué todo” para trabajar con temas de género y raza. Y nunca me arrepentí.

BE- ¿Por qué decidió hacer ese cambio de carrera?
CB – Principalmente por el deseo de independencia y autonomía. Trabajar en una empresa grande fue muy agradable, pero tenía dificultad para hacer la maestría, doctorado, que me dieran tiempo libre para tomar cursos, incluso cuando no tenía mucho trabajo. Quería autonomía en mi vuelo, para estar más cerca de mi hijo, incluso bajando un poco mi nivel de vida, lo que terminó no sucediendo.

BE – ¿Cómo fue su participación con temas de equidad racial y de género?
CB – Siempre fui una niña que no aceptaba las injusticias. No manejaba bien el hecho de ver o vivir la opresión, discriminación, trato desigual. Cuando me convertí en ejecutiva, eso se fortaleció porque veía cómo ser mujer, ser negra interfería en la trayectoria profesional. Incluso cuando una persona tenía todas las condiciones para ser contratada, el hecho de ser mujer, de tener hijos, de ser negro, dificultaba la posibilidad de entrada, de asumir una posición más alta, de liderar. Había un concepto de que las mujeres no son tan buenas.

BE – ¿Eso dificultó su vida también?
CB – Sí, la dificultó. Habría ascendido más en los años que estuve en la empresa. Una mujer blanca con mi perfil tiene otro tratamiento. El hecho de ser una mujer negra empequeñece mi currículum bajo la mirada de muchas personas.

BE – ¿Qué motivó la creación de CEERT?
CB – Queríamos enseñarles a los niños blancos y negros sobre la posibilidad de una sociedad justa y que no hubiera supremacía posible en los libros didácticos y en las escuelas, con la ausencia de negros en los libros, en los debates. Además de presionar al Estado para que cumpla con la legislación que establece las directrices y bases de la educación nacional y que habla de equidad y respeto a lo diferente.

Uno de los grandes logros en esta área, en 2003, es la Ley 10.639, que obliga a enseñar en las escuelas la historia de África y los africanos. Nos gustaría que fuese más, pero, desde entonces, mucho ya ha sucedido, muchos profesores se capacitaron, se publicaron libros y la sociedad brasilera discutió sobre la importancia de una escuela que acoja. Los niños negros son los que más abandonan la escuela. Como decía Fúlvia Rosemberg [psicóloga, profesora e investigadora, fallecida en el año 2014], la escuela expulsa a esos niños al no considerar su cultura.

También recogimos, durante 15 años, las buenas prácticas de tratamiento de la igualdad racial y llegamos a una colección de casi 3000 iniciativas en todos los estados del país. De esas, premiamos a 203. Cinco de esos maestros de escuela pública, uno de cada región del país, estarán en São Paulo el día 21 de marzo para contarnos sus experiencias. Son docentes inspiradores, gente a que le brillan los ojos, porque sueña, porque cree que la sociedad puede cambiar.

BE – ¿Cómo actúan en relación con el mercado de trabajo?
CB – Los datos muestran que los negros, sobre todo las mujeres negras, son la masa más grande de desempleados o subempleados. Actuamos para que los procesos del departamento  de recursos humanos puedan facilitar el ingreso, entrenamiento, y el ascenso de mujeres para evitar que el prejuicio y la discriminación interfieran. Es un trabajo realizado con las empresas, con los de recursos humanos, con las altas gerencias de las compañías. Trabajamos con mentoring, preparando a las mujeres para ocupar las posiciones más altas.

Hacemos el seguimiento de su carrera para tengan ascensos como los hombres. En el caso de la mujer negra, este trabajo es todavía más específico. Cuando alguien dice «no logro que me promuevan porque soy negra», hay una cuestión en la empresa que implica la movilización de los líderes para cambiar.

También fomentamos el apoyo corporativo a proyectos sociales que fortalecen la voz de la mujer negra en la sociedad y actuamos para que los productos y servicios de la empresa consideren a la mujer negra. Los estudios demuestran que las organizaciones que se preocupan por la equidad de género, raza y orientación sexual ganan puntos en la evaluación de las ciudadanas y esto se ve en los resultados del negocio. Por ejemplo, a una mujer le gusta ser atendida en una empresa en la que ve que hay presencia femenina en puestos importantes, no solo en posiciones más bajas.

BE – ¿Cuáles son actualmente las pautas principales del movimiento negro?
CB – Mujeres negras y el encarcelamiento de jóvenes negros. Son temas que son muy evidentes, incluso con personas no-negras luchando por eso. En todo lo que ves, las mujeres negras son las más perjudicadas, con salarios más bajos, mayores dificultades. Y son también, en todo el país, el segmento que más protagoniza la lucha por la sociedad igualitaria. Soy una estudiosa de la blanquitud. Ves a todos esos hombres de cuello blanco y tez blanca que pasan por las prisiones y salen, mientras que el 40% de los negros en prisión no han sido condenados. ¿Cuál es esa mirada que libera al hombre blanco y asegura la permanencia del joven negro en la cárcel? La primera acción contra el asesinato de negros como un delito de racismo la hizo el CEERT, hace más de 20 años. Una cosa es decir que los hombres negros son asesinados; otra, es decir que este asesinato fue cometido por el Estado como un delito de racismo.

BE – ¿Cómo son sus estudios sobre blanquitud?
CB – Mi tesis de doctorado es sobre pactos narcisistas en el racismo. Es la línea de Freud que trabaja con este concepto de Narciso, tan enamorado por su belleza que cae en el lago al ver su reflejo y muere.

Las personas siempre apoyan a sus iguales. Entonces, una mujer no se ajusta para el cargo de dirección, ni un LGBT, ni un negro. Y así se aseguran el espacio para ellos mismos  – y eso va deformando nuestra sociedad, porque necesita diversidad para progresar.

BE – ¿Cuáles son los principales logros del movimiento negro en los últimos años?
CB – Se triplicó el número de jóvenes negros en las universidades y más del 40% de los jóvenes en las universidades federales son negros. Hay un gran contingente de negros y negras que quieren que su esfuerzo en la educación se traduzca en el trabajo. La presencia negra crece y es más visible en los medios de comunicación, en la educación. Además, tenemos la reciente conquista de los quilombolas en el Supremo Tribunal Federal [en febrero, el STF sostuvo el decreto que regula el procedimiento para la demarcación y titulación de las tierras quilombolas].

 

Este contenido es parte del especial Believe.Women, una serie de entrevistas realizadas por Believe.Earth en colaboración con la revista AzMina y el portal Catarinas. Believe.Women apoya y promueve el ODS 5, de Igualdad de Género, y el ODS 10, de Reducción de las Desigualdades.