Evolución de las 3 -R de la sostenibilidad (Reducir, Reutilizar y Reciclar), un nuevo concepto difundido por la Fundación Ellen MacArthur se está popularizando. Se trata de la economía circular, cuyo objetivo es que “los productos, componentes y recursos mantengan su utilidad y valor en todo momento”. Este concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos.

El mejor ejemplo de la economía circular es la naturaleza, en la que todo es reutilizado en el ciclo de la vida. Si una fruta cae al suelo y se pudre, se convierte en abono para las plantas. El sistema de la economía circular agrega diversos conceptos surgidos en el último siglo: diseño regenerativo, economía del rendimiento, Cradle to Cradle –  de la cuna a la cuna, ecología industrial, biomímesis, economía azul y biología sintética.

Conozca, a continuación, los principales preceptos de la economía circular.

¿QUÉ ES ECONOMÍA CIRCULAR?
La economía circular consiste en un ciclo de desarrollo positivo continuo, que preserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables.

PRINCIPIOS
De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, en una verdadera economía circular, el consumo solo se produce en ciclos biológicos eficaces. En el ciclo biológico, los procesos naturales de la vida permiten regenerar materiales, con intervención humana o sin ella. En el ciclo técnico, con la suficiente energía disponible, la intervención humana recupera los distintos recursos y recrea el orden, dentro de un periodo de tiempo determinado. El concepto se basa en tres principios:

Principio 1: Preservar y mejorar el capital natural, controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables.
Cuando se necesiten recursos, el sistema circular los selecciona sabiamente y elige las tecnologías y procesos que empleen recursos renovables o que tengan mejores resultados.

Principio 2: Optimizar el uso de los recursos, rotando productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en todo momento, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos.
De acuerdo con la Fundación, “esto es sinónimo de diseñar de modo que pueda repetirse el proceso de fabricación, restauración y reciclaje de modo que los componentes y materiales sigan circulando y contribuyendo a la economía”.

Principio 3: Fomentar la eficacia del sistema, revelando y eliminando externalidades negativas.
Para la Fundación, “incluye reducir los daños en productos y servicios que los seres humanos necesitan, tales como los alimentos, la movilidad, la vivienda, la educación, la salud y el ocio, y gestionar externalidades tales como el uso del terreno, la contaminación atmosférica, de las aguas y acústica, la emisión de sustancias tóxicas y el cambio climático».