Era 2012. Después de volver al trabajo tras su segunda licencia por maternidad en tres años, Ricarda Zezza descubrió que había sido destituida de su cargo y transferida a otro departamento. Con 20 años de experiencia en grandes empresas europeas, se sintió obligada a renunciar a su carrera por el simple hecho de haber sido madre. “Viví en la piel las dificultades que una mujer puede enfrentar en el lugar de trabajo cuando decide tener hijos. Pero hasta ese momento, las empresas en las que había trabajado como directora habían invertido tiempo y dinero en la mejora de alguna de mis competencias interpersonales, como gestión de crisis, capacidad de escucha y empatía. Habilidades en las que la vida, durante la licencia por maternidad, te entrena de forma natural y con una complejidad mayor”.

Esa constatación fue el punto de partida para el nacimiento de Piano C (plan C, una alternativa entre el plan A, que es la carrera, y el plan B, la familia), un espacio para madres en Milán creado para que se reúnan, compartan sus experiencias, trabajen en nuevos proyectos y se capaciten durante y después de la licencia por maternidad. “Ofrecemos coworking con cobaby [guardería y ludoteca para niños de 0 a 10 años, con servicio de niñera y seguimiento pedagógico y psicológico]. Damos formación y acceso a networking, conexiones comerciales instantáneas, visibilidad. En Piano C, la maternidad es una elección y la oportunidad de hacer carrera se basa en un criterio: el mérito”.

Riccarda buscó en la neurociencia el fundamento para lo que su intuición le decía: el período que sigue al nacimiento del bebé es extremadamente rico para que el cerebro humano mejore las capacidades de autonomía, resiliencia y determinación. “Como todas las experiencias de fuerte cambio, la maternidad y la paternidad son potencialmente transformadoras. Funcionan como una academia natural, en la que uno puede ejercitar habilidades relacionales, de organización e innovación todos los días. Estas competencias son muy valiosas para cualquier profesional y muy buscadas por las empresas”.

La experiencia de Piano C motivó la creación de MAAM – Maternity as a Master (Maternidad como un máster), programa que acompaña a personas, antes, durante y después del nacimiento de un niño. Es un apoyo para la gestión de cambios en curso, además de una guía para transformar la experiencia de la crianza de los hijos en una academia de habilidades que también son útiles en el trabajo. A través del intercambio y comparación con otros padres, los participantes fortalecen su propio aprendizaje y encuentran respuestas a distintos temas: desde el trabajo hasta la vida privada.

Riccarda también creó una herramienta digital, Maam U, que ayuda a las madres a reflexionar sobre su aprendizaje durante la licencia por maternidad y a conectarse con otras en la misma situación. A continuación, Riccarda habló con Believe.Earth.

Believe.Earth (BE) – ¿Cómo describirías la realidad actual de las mujeres que eligen ser madres en Italia? ¿Qué tiene que cambiar?
Riccarda Zezza (RZ) – Las mujeres están asustadas y, desgraciadamente, con razón. Se sienten fragilizadas al ser madres y abandonadas por la sociedad italiana. Para empezar, debemos destacar las dimensiones reales del problema, creando un movimiento de concienciación y represión de abusos.

«Debemos llamar la atención sobre el valor que se está perdiendo en la cultura común, el valor humano y económico, sobre el daño al desarrollo de todo un país. Todas las mujeres deben encontrar aliados y modelos que les permitan levantar la cabeza y reaccionar, para que no necesiten elegir entre ser madres y ser ciudadanas de pleno derecho, generadoras de renta, económicamente independientes y realizadas profesionalmente».

BE – Hoy, solo 10% de los participantes de Piano C son hombres. ¿Qué te parece ese número?
RZ – Los padres son parte integrante de la comunidad de Piano C. El derecho a vivir la parentalidad debe ser universal. Hay muchos frenos – culturales, sociales y económicos – que privan a los hombres de la oportunidad de elegir. Valorar y considerar el nacimiento como un bien común, necesario y vital, debe ser una prioridad, una inversión que hace a la sociedad más sólida. De acuerdo con una investigación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el niño se desarrolla mejor si el padre está íntimamente asociado a su infancia. Otro estudio, de Population Research and Policy Review, muestra que compartir los cuidados de los hijos aumenta la tasa de natalidad. Aparte de eso, un análisis publicado en la revista Diritto e questioni pubbliche señala que compartir los cuidados de los hijos disminuye la diferencia de género, tanto en términos de empleo como de remuneración, y aumenta la posibilidad de crecimiento de las mujeres en sus carreras. Y un breve informe del Council on Contemporary Families pone de manifiesto que compartir los cuidados de los hijos aumenta la implicación de los padres en todas las actividades domésticas y mejora la relación de la pareja. Los padres también merecen un máster en paternidad. La práctica de la paternidad desarrolla habilidades interpersonales y de liderazgo, cualidades extremadamente valoradas por las empresas.

BE ¿De qué forma MAAM pretende reducir la desigualdad de género?
RZ – El factor cultural, la creencia de que “ellas no lo conseguirán”, lleva a muchas mujeres a ni siquiera intentar entrar en la experiencia de la maternidad, convencidas de que tendrán que dejar de lado la dimensión profesional. A ello se suma la falta de servicios de asistencia a la infancia, la rigidez de los horarios de trabajo y de la ciudad, y la falta de división de tareas en la pareja. Es un problema complejo, y MAAM se centra en el cambio de esta cultura. Pero hay mucho más por hacer en muchos otros niveles.

BE ¿De qué manera las empresas pueden beneficiarse de este cambio de paradigma?
RZ – Las empresas descubren una auténtica academia de desarrollo de capital humano en la parentalidad. Estudios con más de 2.000 mujeres y hombres que forman parte del programa digital MAAM señalan una mejoría significativa de habilidades con el nacimiento de los hijos: 15% en la gestión de cambios, 16% en la resolución de problemas complejos, 22% en la evaluación y toma de decisiones, 23% en networking, 31% en la gestión del tiempo y de las prioridades y 35% en delegación y colaboración. Pero hay muchos otros beneficios para la empresa, como involucrar a la gente, mejorar la reputación de la marca y atraer a jóvenes talentos, colaborar con el crecimiento profesional de las mujeres, aumentar la cohesión del equipo y garantizar un buen clima organizacional.

BE ¿Cuántas empresas han participado en los talleres del proyecto hasta hoy?
RZ – Entre 2013 y 2015, fueron más de 30 empresas en Italia y en Europa. Con 18 meses de transición para el programa digital, 20 empresas se sumaron al MAAM con más de 2.000 participantes en 201 ciudades en todo el mundo.

Riccarda Zezza es emprendedora social Ashoka. Ashoka es una organización global presente en 84 países que lidera un movimiento en el cual todos pueden ser agentes de transformación social positiva.