Jugo en vaso de cristal y sin pajita, ¿no, Manu? Los camareros ya lo saben. Cada vez que Emanuel Burger pide una bebida, su pedido va acompañado de esta frase. No acepta nada servido en plástico y, si le pides una explicación, te la da con todo detalle: el plástico tarda más de cien años en descomponerse en el medio ambiente y, en ese tiempo, acaba yendo a parar al mar, y tortugas y peces pueden tragárselo. Por eso, nada de plástico. A la hora de servirse el postre en los restaurantes de comida por kilo, Manu va con el plato grande de cerámica del buffet principal para no usar el plato de postre y la cucharita de plástico que se ofrecen en el buffet dulce. Un super plato y un super cubierto para un pequeño postre. Y después se lava y se vuelve a usar, una y otra vez; y es que ¿por qué tirar las cosas?

Manu acaba de cumplir ocho años y siempre ha pensado así. Ha crecido ayudando a sus padres, Erich Burger y Ana Beall, a poner los envases en el cubo del reciclado y a cuidar de la compostera con las lombrices que transforman los residuos orgánicos de la casa en abono para la huerta del edificio en el que viven, en la ciudad de São Paulo. Bolsas de plástico en casa, ni pensarlo. Y envases de alimentos, sólo los que pueden ser reciclados. Todo esto ha sido integrado como reflejo del día a día de Erich, que dirige Recicleiros, organización que trabaja en la recuperación de envases posconsumo mediante la recogida selectiva, con inclusión de recolectores de residuos.

El nombre de Emanuel viene de Immanuel, no en homenaje a Kant, sino por su significado original: “Dios con nosotros”. A Manu se lo pusieron sus padres después de una negociación: Ana eligiría el nombre, y Erich, el equipo de fútbol. Así que Manu ha salido corintiano, como su padre. Solo se animó a posar para la foto si lo hacía con la camiseta de su equipo del alma, el Corinthians. ¡Vamos, Manu!

 Un hombre delgado y calvo, de piel blanca, vestido con una camiseta polo de manga larga burdeos, está al lado de una mujer, de piel blanca y pelo castaño recogido, que lleva camiseta rosa. Con la mano izquierda la mujer abraza a un niño, un chico delgado, de piel clara y pelo castaño corto, que lleva una camiseta de fútbol y tiene su mano derecha extendida con una lombriz en la palma. Al lado del niño, en la parte inferior izquierda de la imagen, hay un recipiente rectangular marrón con lombrices en su interior. Todos miran a la cámara y sonríen.

Emanuel con sus padres, Erich Burger y Ana Beall, cuidando de la compostera que tienen en casa (Diego da Silveira/Plant-for-the-Planet/Believe.Earth)

Este contenido cuenta con el apoyo de ONU Medio Ambiente y forma parte de las campañas mundiales #SinContaminación por plásticos y #MaresLimpios