Primero tomó la decisión de hacer un curso de formación de yoga. ¿Quién sabe? Tal vez, un día, trabajar en algo que me gusta…Y haciendo esta reflexión, Fernanda Guedes Rei no se imaginaba la transformación por la que iba a pasar. A partir de los conocimientos alcanzados durante el curso, que comenzó en 2014, fue adquiriendo una nueva conciencia sobre la interdependencia existente en el mundo. Los individuos, el planeta, los acontecimientos, ¡todo está conectado!

Este entendimiento le generó un montón de cuestionamientos. Y con ellos llegaron los cambios, uno detrás de otro. Se hizo vegetariana, cambió la televisión por los libros, y empezó a prestar atención a otros aspectos del estilo de vida de su familia. Antes de que la moda de las bolsas retornables llegara a Jacareí (en el interior del estado de São Paulo), ella entraba en el supermercado e iba directa a por las cajas de cartón para llevarse la compra a casa.

Eliminó las bolsas de plástico y los envases desechables dentro de casa. Empezó a separar los residuos reciclables – que entrega a las personas que recogen estos residuos – y a hacer compost de la basura orgánica. El paso siguiente fue abandonar los alimentos procesados y buscar productos caseros y orgánicos hechos por familias que viven en la región. Cuanto más cerca se produce el alimento, menos recursos consume hasta llegar a la mesa.

Se acabó la inercia, Fernanda apagó el piloto automático.

Felipe, de 11 años, y David, de 6, siguieron los pasos de su madre de manera natural, sin necesidad de discutir ni sermonear. Les parecía que todo eso tenía sentido. Durante este proceso, Fernanda perdió a su marido en un accidente y los niños, a su padre. Murió en 2016 y la familia aún siente la pérdida. Pero la vida sigue, como debe ser. Fernanda se hizo profesora de yoga y, enseñando y aprendiendo, sigue su camino.

 

Este contenido cuenta con el apoyo de ONU Medio Ambiente y forma parte de las campañas mundiales #SinContaminación por plásticos y #MaresLimpios