El ambientalista norteamericano Paul Hawken es una de las voces más respetadas del planeta cuando el asunto es sostenibilidad. Su primer libro sobre el tema, The ecology of commerce: a declaration of sustainability (“La ecología del comercio: una declaración de sostenibilidad”, en traducción libre) fue lanzado en 1993. Pero la llamada de Hawken con el tema viene de mucho antes. En 1965, participó, con el líder Martin Luther King Jr., de la lucha por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Antes, incluso, de ser inventado el concepto de desarrollo sostenible (fue utilizado por primera vez en el informe Nuestro Futuro en Común, publicado por la ONU en 1987), Hawken ya estaba involucrado en el debate sobre la igualdad racial.

Pero volvamos al rumbo ambiental. Todavía en 1960, el ambientalista fue uno de los pioneros en el mercado de alimentos naturales al establecer la Erewhon Trading Company. Al final de la última década, en 2009, cuando las discusiones sobre el calentamiento global habían adquirido cuerpo, creó una empresa de paneles solares, OneSun.

En la actualidad, Hawken se dedica a lo que es probablemente el mayor reto de su carrera: demostrar que es posible revertir la crisis climática, un juego que buena parte de la opinión pública (y muchos ambientalistas) considera perdida. Para ello, está desarrollando, con el apoyo de investigadores, estudiantes y emprendedores de todo el mundo, el proyecto Drawdown, un relevamiento de 100 soluciones ya existentes y adoptadas para reducir las emisiones – desde el aumento de la generación de energía por paneles solares hasta la reducción de desperdicios de comida. El término “drawdown” se refiere al punto en que la concentración de gases causantes del efecto invernadero empezará a disminuir año tras año.

“En 2013, leí una entrevista hecha al [ambientalista] Bill McKibben en la que decía que, si quemáramos todo el carbón, gas y petróleo de la Tierra, la superficie del planeta se convertiría en algo parecido a Venus”, afirmó Hawken recientemente en una entrevista al diario New York Times  explicando cómo surgió el proyecto. “En ese mismo período, otro ambientalista me dijo: ‘es game over. No hay nada más que se pueda hacer’. Entonces, consulté a algunos compañeros para saber: ‘ ¿Hay, realmente, algo que podamos hacer en relación con el calentamiento global? ¿Podemos hacer una lista de las acciones que ya estamos adoptando y medir su impacto sobre el calentamiento global, además de sus costos o el ahorro que proporcionan?’”.

Con la experiencia de toda una vida dedicada al ambientalismo y cuatro libros sobre el tema, Hawken es escéptico con relación a ciertas formas de ocuparse de la cuestión. Por ejemplo, afirma que el establecimiento de objetivos a largo plazo para cuestiones ambientales aleja a las personas del tema. “Nadie vive en 20 años”, dice. “La vida de las personas es aquí y ahora. Y las acciones de sostenibilidad deben estar enfocadas en el día a día”.

El ambientalista estuvo en Brasil, con el apoyo de Believe.Earth, para lanzar la versión en portugués del libro Drawdown – 100 iniciativas poderosas para resolver a crise climática (Editora Manole) (Drawdown: el plan más completo jamás propuesto para revertir el cambio climático). Y nos dio la entrevista que sigue a continuación.

El mismo señor de la primera foto, con la misma camisa azul con rayas blancas, aparece de las rodillas para arriba sentado en un banco de madera. Utiliza un pantalón de jeans azul y sus manos se cruzan en el medio de la rodilla. En el fondo, hay un tronco de árbol y ramas finas detrás del hombre. A los lados del árbol, hay plantas. Detrás del árbol hay una estructura blanca de ventilación.

Hawken concedió la entrevista en un edificio sostenible en Vila Madalena, zona oeste de São Paulo (Rodrigo Elizeu/Believe.Earth)

Believe.Earth (BE) – En 2017, las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero estaban en niveles históricamente altos. ¿Es posible cambiar este panorama en un escenario en el que el actual gobierno de la economía más grande del planeta ha adoptado medidas en la dirección opuesta a la reducción de las emisiones?
Paul Hawken (PH) – Sí, es posible. Después de todo, los presidentes de Estados Unidos no han hecho nada por el tema del cambio climático. Clinton, Bush, Obama… No fueron capaces de hacer ninguna cosa. Todo lo que Estados Unidos ha hecho proviene de empresas, organizaciones no gubernamentales y particulares. Hoy, nuestro gobierno está loco y no sé cuánto durará esto. Pero el hecho es que tenemos el hábito de mirar a cosas equivocadas, como creer que los gobiernos, de un momento a otro, van a actuar de manera sabia, sin pensar solamente en los ciclos electorales. Eso no va a suceder. Ocasionalmente, en algunos países europeos, como Dinamarca y Suecia, hasta se produce, pero estos casos son la excepción. Políticos, en general, son corruptos y la corrupción a menudo está asociada con los grandes negocios y el  desarrollo degenerativo.

Tenemos que entender que la fuente de cambio no vendrá de arriba para abajo ni desde abajo hacia arriba; viene desde el centro y está sucediendo ahora. Y eso es lo que catalogamos en Drawdown.

Mira este edificio en el que estamos, totalmente sostenible. ¿Quién lo diseñó? ¿Quién lo construyó? Son personas como nosotros, en todo el mundo, que están pensando en este tipo de solución y están cambiando el planeta. Ingenieros, agricultores, ciudadanos, consumidores, las personas del día a día.

BE – Entre las 100 soluciones de Drawdown, algunas están relacionadas con cuestiones de género. ¿Por qué la igualdad de género es importante en el contexto de la reducción del calentamiento global?
PH – Hablamos de cuestiones de género cuando tratamos sobre la educación de las niñas, pequeñas agricultoras y planificación familiar. Las mujeres son parte de la solución, pero el hecho es que el establishment del clima nunca abordó específicamente este tema. Y, ¿por qué? Honestamente, no tengo la respuesta. En Drawdown, lo hicimos porque nuestro trabajo es, fundamentalmente, sobre matemáticas. Trabajamos con datos, hacemos cálculos. Tenemos series históricas de 40 años de fuentes como la FAO y la ONU y evaluamos que, si aplicamos los datos de estas series históricas en una perspectiva de futuro, tendremos tales resultados. En este contexto, cuando incluimos la cuestión de género, tenemos un impacto enorme en términos de resolución de problemas. La idea de empoderar a las mujeres para que puedan planificar sus propias familias no es, en sí misma, nueva. La idea de hacer políticas públicas para que tengan más información tampoco es nueva. El punto es que, en un contexto de discusiones climáticas, esto nunca había sido tratado.

Un salón de clase con un pizarrón en el fondo. En el centro de la imagen y frente al pizarrón, hay una chica de piel oscura y calva, con un suéter beige encima de un vestido a cuadros naranja claro, que va hasta debajo de las rodillas. Usa medias de color beige con dos rayas marrones y zapatillas negras. Sus manos sostienen un libro abierto a la altura apretándolo al pecho. Su rostro está vuelto hacia la cámara, pero la mirada se orienta hacia su lado izquierdo. Sonríe. A ambos lados del pasillo del salón de clases que lleva a la pizarra, están los niños sentados en sillas de madera. Todos de piel oscura y calvos, con ropa parecida a la utilizada por la niña en el centro.

Chica en salón de clase en Kenia: la educación de las mujeres es una de las soluciones a la crisis climática (Difusión/Drawdown/Manole)

BE – El libro Drawdown fue lanzado en Estados Unidos a mediados del año pasado con un impacto muy positivo. ¿Cómo hacer para que el optimismo se convierta en acciones concretas?
PH – Esta pregunta asume que las cosas no están sucediendo, pero sí están. Contamos con más de 20 universidades en el mundo que trabajan para regionalizar el modelo. Para 2019, debemos de tener cerca de 100 universidades. Por lo tanto, el modelo se convierte en específico para un país, estado, provincia y va perfeccionándose. Es un sistema transparente y de fuentes abiertas, open source. Lo que estamos intentando hacer es crear condiciones para la autoorganización, lo cual construye un abordaje diferente. Si tratáramos de centralizarlo, necesitaríamos tener reglas, control, equipos, gestión, dinero. Eso sencillamente no funciona. Comunicamos, traemos información, compartimos información, pero no tenemos el control. Y el hecho es que, en la naturaleza, nadie tiene el control, no hay ningún gestor central. Uno controla lo que come, lo que ve, lo que oye, pero no controla su cuerpo. Tu cuerpo se autoorganiza, la naturaleza se autoorganiza. Es en eso en lo que nos inspiramos.

BE – ¿Cómo te imaginas que serán visto en 50 años, los movimientos actuales contra el calentamiento global? ¿Estamos en un punto de inflexión?
PH – Las personas no piensan en el año 2050. Nuestro cerebro no piensa de esa manera. Pensamos en el hoy, en el ahora. Pensamos en nuestra familia, en nuestros hijos, en la seguridad, en conseguir comida, en tener un trabajo que tenga sentido o simplemente tener un trabajo. La puerta para revertir el calentamiento global es justamente no dirigir el problema para el año 2050, porque esto hace que el 99,9% de la gente no se sienta comprometida y no dé ninguna atención a la cuestión. La forma en cómo se comunica el problema no contribuye a que las personas se interesen. Tenemos que hablar de cosas que afectan la vida de hoy y en soluciones que signifiquen mejores condiciones de trabajo, prosperidad, vivienda; más biodiversidad, océanos limpios. A todo el mundo le importa este tipo de cosas. Un pescador quizás no sepa ni le interese saber sobre el cambio climático. Está interesado en los peces, la vida marina en los arrecifes. Un agricultor está interesado en la productividad, costos, beneficios y productos con poco veneno. Si eres una madre o un padre, te interesa la salud de tu hijo. Estamos hablando de condiciones de vida, aquí y ahora.